5 de enero 2007 - 00:00

''Jamás la aviación podrá dejar de ser apasionante''

Es una actividad maravillosa, me permitió vivir momentos muy gratos, afirma Santiago García Rúa sobre la industria de la aviación, al tiempo que explica que el amor aumenta una vez que se la conoce por dentro.
Es una actividad maravillosa, me permitió vivir momentos muy gratos, afirma Santiago García Rúa sobre la industria de la aviación, al tiempo que explica que el "amor" aumenta una vez que se la conoce por dentro.
La aviación es un fenómeno raro. La rentabilidad suele ser de 1 al 3 por ciento, y es un negocio de alto riesgo, ya que se debe planificar con diez años de anticipación. Hoy hay que comprar con mucho criterio los aviones para dentro de una década. Y es sumamente sensible a cualquier crisis. La suba del costo de petróleo, las guerras, los atentados, las epidemias interfieren en el negocio, y lleva años recuperarse. Sin embargo, muchos empresarios se sienten seducidos por el sector, hasta el punto de desear invertir en él», dice Santiago García Rúa, periodista especializado en aeronavegación, y ensaya una explicación: «Creo que, de alguna manera, tener una compañía aérea proporciona mucho poder...».

Con la experiencia de haber trabajado 17 años como gerente de relaciones institucionales de Austral Líneas Aéreas y cinco como gerente en el mismo departamento de Aerolíneas Argentinas, el entrevistado confiesa que el «amor» aumenta una vez que se conoce la aviación por dentro: «Es una actividad maravillosa. Personalmente me permitió vivir momentos muy gratos».

Indica que tuvo la posibilidad de recorrer el país, visitar ciudades soñadas, como Praga, Amsterdam, Venecia, conocer personalidades destacadas y ser protagonista de entretenidas anécdotas de viaje.

También reconoce que vivió experiencias tristes: «Los responsables de las comunicaciones de empresas aéreas tienen mucha capacitación en manejo de crisis. Durante años realicé seminarios en distintos lugares del mundo.

Lamentablemente soy uno de los pocos periodistas que puso en práctica la teoría». García Rúa explica que debió informar a los medios sobre algunos accidentes aéreos, y opina: «Muchas veces las empresas no sobreviven a estas tragedias. El correcto manejo de las comunicaciones es vital. Creo que uno de los errores más graves que cometió LAPA después del terrible accidente ocurrido en 1999 -murieron 65 personas- fue en el área de comunicación».

Sobre la crisis de la aeronavegación que sucedió al atentado del 11 de setiembre de 2001 en Estados Unidos indica que todas las empresas aéreas norteamericanas, menos American Airlines, intentaron reorganizarse bajo la protección del Capítulo 11 de la Corte de Quiebras de este país, agobiadas por los altos precios del combustible, las deudas y los compromisos laborales. Agrega: «Recién ahora algunas compañías están comenzando a superar el conflicto. En cuatro años, la actividad reportó pérdidas por 40 mil millones de dólares. Además, si las empresas aéreas no evolucionan y se adaptan a los nuevos tiempos, no tienen posibilidades de subsistir».

Desde un cómodo sillón ubicado en el elegante Oliver's Bar, del Hotel Emperador, Santiago García Rúa recuerda que justo el día anterior al atentado a las Twin Towers de Manhattan, Nueva York, él regresaba de Estados Unidos, país al que había viajado para participar de un evento turístico: «La tragedia incidió negativamente en el sector aerocomercial argentino, que estaba atravesando a su vez una de las peores crisis de su historia. Existía una competencia despiadada e inútil entre aerolíneas, que dio como resultado una bajísima rentabilidad. Todas las compañías locales -Dinar, LAPA, Southern Wind- terminaron en convocatoria de acreedores y ninguna sobrevivió, salvo Aerolíneas Argentinas, rescatada por el gobierno español».

La Argentina, ¿levanta vuelo?

Como referente del sector, Santiago García Rúa expresa que si se escribiera el libro del turismo argentino, el capítulo correspondiente a actividad aerocomercial diría que 2006, año en que trepó la llegada de turistas extranjeros y se dinamizó el turismo interno, debería ser recordado por la magnitud de lo que se dejó de vender por falta de rutas o aviones: «Hay un montón de ciudades del interior donde no hay vuelos. Los turistas llegan a Buenos Aires y no tienen forma de ir al interior. Existen destinos turísticos posicionados, que están condicionados por falta de rutas aéreas o por falta de aviones aptos para volar».

Según la Secretaría de Turismo de la Nación, las inversiones privadas actualmente en ejecución alcanzan una cifra cercana a los 1.923 millones de pesos para la construcción de 250 nuevos establecimientos. Sólo en Salta, durante 2006, se inauguraron 22 hoteles. Por eso, Santiago García Rúa, destaca el surgimiento de Andes Líneas Aéreas -apoyada por el gobierno salteño- y de Sol Líneas Aéreas -que recibe un subsidio al combustible del gobierno santafesino-. Y resalta el desembarco en la Argentina de LanChile. «Esta nueva realidad, sumado al plan de inversión que Aerolíneas Argentinas prometió al gobierno, permite un cierre de año más alentador», opina y agrega que en 2005 esa compañía obtuvo resultados bajísimos y, por falta de recursos, tuvo parte de la flota en mantenimiento, y no pudo responder a las necesidades del mercado.

Viajes de ciencia ficción

Para el futuro próximo, Santiago García Rúa augura el crecimiento de las empresas aéreas de bajo costo: «Triunfarán las que nacen con este concepto, y no las que se disfrazan de bajo costo a través de una estrategia de marketing. LAN seguirá con su proyecto de instalarse en la región. Creo que, en el tema de Aerolíneas Argentinas, el Estado tendrá que seguir subvencionándola. Es bueno recordar que esta empresa siempre perdió plata y siempre estuvo subvencionada. Por otra parte, seguramente surgirá alguna otra compañía aerocomercial. Y el gobierno deberá desarrollar alguna estrategia para que se intensifique el tráfico aéreo entre provincias».
Cuando Santiago García Rúa se recibió de periodista en los años 70, había alrededor de 160 millones de turistas internacionales, exactamente 10 por ciento de los que circularán en 2020, según las proyecciones de la Organización Mundial del Turismo. El entrevistado fantasea: «Para esa época, los aviones llegarán a ciudades lejanas en lapsos muy cortos y transportarán 800 personas por vuelo... La aeronavegación seguirá siendo un fenómeno raro y una actividad apasionante».

«Nuestros pilotos son excelentes»
¿Es seguro viajar en avión en la Argentina? Ante la pregunta, Santiago García Rúa responde: «Absolutamente. Cuando me subo a un avión, me siento tranquilo». Opina que la aviación civil no está exenta de los problemas que tiene el país, que los aviones no son ultramodernos, y que existen áreas a mejorar, pero «Nuestros pilotos son excelentes. Además, la Argentina podría ser un centro de mantenimiento de aviones, por la perfección con la que se desarrolla este trabajo». Agrega que el avión es el medio de transporte más seguro: «Cada vez hay más vuelos diarios, pero los accidentes siguen disminuyendo. Lo que no se puede evitar es la falla humana», dice.

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