29 de marzo 2024 - 00:00

La brecha de género en tecnología: un obstáculo para el desarrollo argentino

La desigualdad de género, lejos de estar cerrada, se ve acentuada en contextos de crisis económicas y la brecha tecnológica entre mujeres y varones tiene una larga historia que se remonta a los inicios del desarrollo tecnológico.

Mueres IT. 4 de cada 10 mujeres que ocupan roles tecnológicos o de innovación provienen de otros sectores orientados a las habilidades blandas

Mueres IT. 4 de cada 10 mujeres que ocupan roles tecnológicos o de innovación provienen de otros sectores orientados a las habilidades blandas

En la década de 1980, cuando las computadoras personales comenzaron a popularizarse, las mujeres estaban en gran medida excluidas de este nuevo mundo tecnológico. Esto se debía a una serie de factores, como la falta de acceso a las computadoras, la estereotipación de las habilidades informáticas como "masculinas" y la falta de mujeres en puestos de liderazgo en el sector tecnológico.

En la década de los 90 se hicieron algunos esfuerzos para abordar la brecha digital de género. Se crearon programas para enseñar a las mujeres sobre las TIC y se promovió la participación de las niñas en las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Sin embargo, la brecha persiste y muchos programas fracasaron.

A pesar de los avances en materia de igualdad de género, la brecha entre hombres y mujeres en el sector tecnológico argentino sigue siendo una realidad que no es abordada de forma integral. Esta desigualdad no solo limita el desarrollo profesional de las mujeres, sino que también impacta negativamente en la competitividad del país en el mercado global.

Incluso un estudio de McKinsey Global Institute estimó que la economía global podría perder hasta 12 billones de dólares para 2025 si no se cierra la brecha de género en el mercado laboral.

Datos de personal femenino en empresas tech

En las principales empresas tecnológicas, las mujeres son minoría. Específicamente, en Apple, Google y Microsoft, la proporción de personal femenino es del ronda entre el 33% y 34%% de su fuerza laboral total. Del personal femenido en estas empresas solo el 31%, 28% y 26% ocupan puestos de liderazgo.

En América Latina la cantidad de mujeres que trabajan en IT es sólo de un 23 %. En ese contexto se destaca Chile como el país de menor presencia femenina (18%) versus Argentina, el de mayor participación (45%). Esos y otros datos forman parte del estudio Mujeres en TI, elaborado por IT-Talent Research, la unidad de investigación del head hunter.

“La importancia de las mujeres en tecnología va más allá de las estadísticas. Sus perspectivas únicas son esenciales para desarrollar soluciones más equitativas y equilibradas. Sin embargo, estudios revelan una disparidad evidente: a pesar de tener calificaciones similares, las mujeres tienen menos probabilidades de ser contratadas para roles en IA que los hombres. Cuando las mujeres están bien representadas en este campo, nos beneficiamos de soluciones más inclusivas, libres de sesgos, innovadoras y efectivas”, afirman desde Le Wagon.

Múltiples consecuencias de la brecha

En primer lugar, se desaprovecha el talento de miles de mujeres que podrían aportar su creatividad e innovación al sector tecnológico. En segundo lugar, las empresas que no tienen una fuerza laboral diversa pierden competitividad en un mercado global que exige cada vez más flexibilidad y adaptabilidad. Por último, la brecha de género en tecnología profundiza la desigualdad económica entre hombres y mujeres.

"Desde Le Wagon estamos comprometidos en cerrar la brecha de género de forma bidireccional en la industria. Por un lado, internamente, donde se evidencia un impacto en el incremento del porcentaje de mujeres en la empresa, muchas de las cuales ocupan roles de alto nivel jerárquico. Por otro lado, capacitamos a más mujeres, proporcionándoles las herramientas y el apoyo para su inserción en el mercado tech. Este camino es más largo, sinuoso y desafiante, ya que requiere el compromiso no solo de una parte, sino de todo el sector que poco a poco está rompiendo los sesgos" comenta Alexandra Crespo, Career Services Manager de Le Wagon para Latinoamérica.

¿Qué podemos hacer para reducir esta brecha?

  • Facilidad de acceso a la capacitación de mujeres en Tech. Romper los sesgos de que es una industria de hombres y que las mujeres no pueden entrar. Esto ya hemos visto en los números que poco a poco va cambiando. En Le Wagon se han desarrollado programas exclusivos para mujeres, con becas a mujeres vulnerables, se las capacitó y se le dio herramientas y soporte para acceder al mercado tech en toda Latinoamérica. Por otro lado, las mujeres tienen facilidades de acceso a sus bootcamps para fomentar su participación.

  • Promover la participación de las niñas en las STEM desde la escuela primaria. Es fundamental incentivar a las niñas a interesarse por la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.

  • Visibilizar a las mujeres en el sector tecnológico. Es necesario dar a conocer las historias de mujeres exitosas en el ámbito tecnológico para que sirvan de referentes para las niñas.

  • Implementar políticas públicas que favorezcan la conciliación de la vida laboral y familiar. Las mujeres siguen siendo las principales responsables del cuidado del hogar y la familia, lo que dificulta su desarrollo profesional en el sector tecnológico.

  • Fomentar la inversión por parte de empresas inversoras en proyectos liderados por mujeres. Es necesario que las empresas inversoras comprendan que invertir en proyectos liderados por mujeres no solo es una cuestión de justicia social, sino también una buena inversión.

De los datos sobre esta brecha se puede ver que 4 de cada 10 mujeres que ocupan roles tecnológicos o de innovación provienen de otros sectores orientados a las habilidades blandas, evidenciando una falta de representatividad de mujeres en carreras universitarias STEM.

Reducir la brecha de género en tecnología no es solo un desafío para las mujeres, sino para toda la sociedad. Es necesario un compromiso conjunto del sector público, privado y educativo para construir un sector tecnológico más justo, igualitario y competitivo.

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