18 de mayo 2023 - 00:00

Ubican a Antonini en un almuerzo con exfuncionario pero persisten dudas por el acto en Casa Rosada

Exempleada del Sofitel recordó haber visto al venezolano en múltiples oportunidades. Nadie sabe quién autorizó su acceso al Salón Blanco de Casa de Gobierno y por qué no quedó registrado. Contradicciones, duplicaciones y desmemoria luego de 16 años.

Antonini Wilson  

Antonini Wilson

 

Desde Francia y con total certeza, Emilie Guiot -exencargada de la atención de desayunos y almuerzos en el hotel Sofitel y hoy asistente del director de Carrefour en su casa matriz- ubicó al extitular del OCCOVI Claudio Uberti compartiendo mesa con el venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson, en torno de la fecha de 2007, cuando intentó ingresar casi u$s800 mil en una valija. “Era un huésped frecuente”, lanzó sin dudar ante el Tribunal Oral en lo Penal Económico N° 1 que está llevando adelante el juicio por los retazos de una causa iniciada hace 16 años. Ese es casi el denominador común de los testigos que desfilan y que llevan dos audiencias, en su mayoría, remitiéndose a lo que declararon en instrucción en su momento, ya que poco recuerdan ahora y se les confunde con la profusa información mediática que hubo del caso. Ese es un desafío para el desarrollo de las audiencias porque hay pocas cosas novedosas que aporten las testimoniales que incurren en contradicciones hasta con sí mismos. Más que mala fe, el paso del tiempo conspira con el objetivo de un juicio oral donde prefieren dar crédito a lo que dijeron en aquellos años.

“Tal vez a Uberti sí”, indicó Guiot a preguntas respecto de si había visto a personas compartir la mesa con el misterioso venezolano. Uberti dijo jamás haberlo visto más allá de cuando se lo presentaron en un almuerzo y ese mismo día le pidieron que lo suba al avión en Caracas y luego en un acto en Casa Rosada. Negó reuniones en su despacho y de otra índole. “Yo he visto que compartían mesa con Antonini Wilson y gente de PDVSA”, afirmó la testigo, incluso repreguntada por la defensa del exfuncionario. En su experiencia coordinando en Sofitel, tanto Uberti como Julio De Vido solían utilizarlo como base para almuerzos de trabajo al igual de que muchas personalidades y funcionarios públicos concurrían para comidas de negocios al medio día. Ante la desmemoria de todos, Guiot sorprendió al no tener dudas de que Antonini era tratado como una suerte de VIP porque se alojaba con frecuencia en el hotel. Le preguntaron que había pasado a la mañana siguiente al decomiso del dinero en Aeroparque el 4 de agosto de 2007: “estaba desayunando con otros venezolanos como cualquier otra vez”, respondió con naturalidad.

El otro eje de la audiencia estuvo destinado a determinar los pormenores del acto en el Salón Blanco donde, inexplicablemente, Antonini después de todo el episodio del decomiso del dinero, apareció en medio de la delegación venezolana en ocasión de la visita de Hugo Chávez. César Yagüe exdirector de seguridad de la Casa de Gobierno reveló que el principal interesado en investigar por qué no había quedado registro de Wilson en los ingresos fue el entonces jefe de Gabinete Alberto Fernández. “No sé quién lo hizo ingresar”, aseguró el exjefe de seguridad lo que disparó un pedido de la fiscalía para que testimonie el entonces titular de Casa Militar. Las anotaciones donde aparece una mención manuscrita a Victoria Bereziuk, secretaria de Uberti, ingresando con 2 acompañantes que nadie pudo clarificar. “Sector presidencial” era el que habría autorizado pero pocas pistas respecto a eso porque de la declaración de Yagüe surge que Uberti no ingresaba por ese sector y si lo hacía era sin compañía.

Declaró también un exchofer de PDVSA que agregó un poco de confusión al asunto porque dijo que él fue instruido para ir a buscar a Aeroparque a Antonini Wilson y a Daniel Uzcátegui, aquella madrugada. Pero un chofer de Uberti ya había declarado que fue él quien esperó que terminaran con el conteo del dinero y lo llevó al Sofitel. No quedó claro quién los trasladó en realidad. El chofer de PDVSA también dijo que en una oportunidad lo llevó a Paseo Colón donde estaba el edificio del Ministerio de Economía y por entonces las oficinas del OCCOVI. Sería el segundo chofer que lo llevó al mismo lugar donde Uberti dice que no se reunió.

Entre los más confusos y que disparó múltiples preguntas de los abogados y algunas fricciones con el fiscal Marcelo Agüero Vera que siempre trata de ser componedor en las audiencias, fue la declaración del exsubinterventor de la PSA Nicolás Rodríguez Gámez. No recordó la cronología pero relató que tuvo reproches para su fuerza por no haberse enterado del procedimiento en el que había intervenido la agente Telpuk. Pareció que más que la Aduana, la fuerza policial debió haber tomado nota de la gravedad del hecho pero ni siquiera comunicó la novedad a la intervención de ese momento.

Fue curiosa la declaración de un venezolano –Norberto Liporace que vivía en Argentina- que resultó amigo de la infancia de Antonini y con quien se reunió a la mañana siguiente del hecho en el Sofitel. Dijo que le pidió una opinión “familiar” acerca del acta que le habían labrado por el ingreso del dinero sin declarar. Le hicieron leer su declaración previa en donde Antonini le había sugerido que “la valija no le pertenecía”. el testigo ahora no recordó nada de todo aquello. El testigo conocía no solo el entramado societario del “empresario”, sino las relaciones familiares y de negocios (como la de Franklin Durán) que lo vinculaban con Argentina y Uruguay. Sin embargo, nadie le preguntó por qué se habían distanciado inmediatamente después de ese encuentro, tanto que recién se reencontraron en 2017 en un evento familiar y no se dirigieron la palabra.

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