7 de septiembre 2018 - 22:53

Polémica en el concurso de empresas para ciberdefensa del G-20

• EL PRIMER LLAMADO SE ANULÓ
El Gobierno dotará de herramientas para neutralizar intentos de ataques a la integridad de la información.

Oscar Aguad
Oscar Aguad
La primera vuelta para la selección de un proveedor internacional de equipamiento (hardware y software) para el combate en la red de redes (internet) de cara al G-20 se anuló y la segunda ronda de la competencia de precios quedó en medio de una polémica. El organismo encargado del concurso es la subsecretaría de Ciberdefensa que conduce Alfredo Parodi. Este funcionario -que depende del ingeniero Luis Riva, secretario de Ciencia, Tecnología y Producción para la Defensa del ministerio de Defensa-, seleccionó al grupo israelí Rafael Systems. Rafael, una empresa estatal de sociedad limitada, había presentado la segunda oferta más cara (7.8 millón de dólares) de la primera vuelta, superada por Verint con 9 millones. El resto de los oferentes con precios más competitivos que los dos anteriores fueron Israel Aerospace Industries (IAI) con 6,4 y luego Elbit que cotizó 4.7 millón de dólares.

El Gobierno se decidió a dotar al país de una capacidad de ciberdefensa, con el objetivo de neutralizar amenazas en el ciberespacio que intenten atacar la integridad de la información y alterarla, para tornarla no disponible o para vulnerar su confidencialidad. La urgencia de contar con esos equipos ante la proximidad de la realización de la cumbre del G-20, el encuentro de los mandatarios más importantes del globo en que Argentina es el país anfitrión parece obrar en contra del interés económico, justo en un contexto de crisis por escasez de dólares.

Parodi, en la segunda vuelta, eliminó a IAI y Elbit, los dos competidores que ofrecieron menor precio, se adujo, por puntaje en ciertos ítems del pliego de condiciones. Rafael Systems fue colocado primero en la grilla luego de una rebaja significativa, casi 2,5 millón de dólares, del precio inicial de 7.8.Asombró la generosidad comercial de Rafael que tiró abajo cerca del 45 por ciento su cotización original. Fuentes al tanto de la negociación explican el gesto por cierta muñeca de Mario Montoto, presidente de la Cámara de Comercio Argentino Israelí, un facilitador conocido en el mundo de los negocios de seguridad. "En algún tramo de la operación tendrán que compensar esa rebaja", apuntó la fuente.

Una consigna del pliego causó incomodidades; "El Ministerio de Defensa evaluará los antecedentes del partner local y de resultar insatisfactorio dispondrá la descalificación de la oferta sin más trámite". La cuestión remite a la asociación temporaria del oferente con una empresa (partner) localuna consultora- para gestiones de implementación de centros SOC y/o CSIRT/ CERT similares al que se ofrece. Se encendieron las alarmas.

La experiencia demuestra que el cohecho de los funcionarios públicos se comete mediante terceros, por caso, consultoras o subsidiarias del contratista seleccionado. Es el modus operandi del uso de un intermediario que no proporciona un servicio identificable en la operación licitatoria. El consultor cobra a la empresa ganadora por servicios ficticios, luego el dinero es dirigido por otras capas de intermediarios financieros (cuentas offshore) al funcionario público: la coima. No queda indicio directo que vincule a la empresa con el soborno derivado al servidor público.

Expertos militares del Comando Conjunto de Ciberdefensa a cargo del general de brigada Hugo Leonard miran con recelo la operación con Rafael. Hay razones estratégicas que explicarían esa mirada.

El Reino Unido contrató a la firma israelí Rafael por 79.1 millón de dólares para que provea un sistema de gestión denominado en inglés, Modular, Integrated C4I Air & Missile Defense System (MIC4AD) para la operación de los misiles Rapier. Es una solución integral que brinda herramientas de comando, control, comunicaciones, computadoras e inteligencia a los lanzadores del Rapier que poseen el Ejército y la Marina británica. Un número no conocido de baterías de misiles Rapier están emplazados en las Islas Malvinas para defensa aérea del archipiélago.

El proceso de adquisición de una solución tecnológica compuesta de un CSIRT/CERT (Equipo de Respuestas ante Emergencias Informáticas) y uno o más SOC's (Centro de Operaciones de Seguridad) para el ministerio se encaminó bajo el formato Gobierno a Gobierno entre Argentina e Israel. Interviene el SIBAT (Foreign Defense Assistance and Defense Export Organization), conglomerado público-privado de empresas controlado por el Ministerio de defensa israelí dedicadas a la producción y comercialización de armas. A fines de mayo de 2015 desembarcaron en la Argentina las empresas ligadas al SIBAT, de la mano del coronel Uzi Moscovitz, experto en ciberdefensa.

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