25 de septiembre 2023 - 00:01

La soja dejó atrás la sequía, pero enfrenta un desafío político

Según explican expertos, sólo con la implementación de un "círculo virtuoso" se podrían lograr los ansiados 65 millones de toneladas de la oleaginosa.

soja.jpg

La soja en la Argentina lleva más de 22 años como el principal complejo exportador del país. Según datos de la Asociación Cadena de la Soja (ACSOJA), en los últimos 26 mantuvo el liderazgo en las exportaciones mundiales de harina y aceite de soja, fue tercero en exportaciones de grano y mantuvo una posición relevante en el mercado del biodiésel. De aquellos años de gloria al día de hoy cambiaron muchas cosas. Actualmente, el 85% de la producción de soja que se produce en Argentina se exporta y en el país existen plantas que podrían industrializar 70,4 millones de toneladas por año. Sin embargo, tal como lo indicó la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), el uso de la capacidad instalada viene cayendo y llegó al 61% en 2022.

En resumen, tenemos la mayor cifra de ociosidad por dos motivos: la sequía y las decisiones de los gobiernos que sistemáticamente aplican en la soja una altísima presión impositiva que según el sector es discriminatoria.

Rodolfo Rossi, titular de ACSOJA, aseguró en diálogo con Ámbito que a pesar de todo ven para esta campaña un crecimiento de área, algo que no ocurría desde hace casi una década. “El aumento se daría porque hay buen precio y porque si bien los costos aumentaron, la soja es el cultivo de menor inversión por hectárea. Además hay algunos insumos importados que penen en jaque a otros cultivos más que a la soja”.

Las posibilidades de la Argentina están intactas. Según Rossi, “tenemos unos 8 millones de hectáreas de agricultura para crecer, que se repartirían entre la soja y el resto de los cultivos, pero además podemos aumentar el crecimiento vertical, el de los rendimientos”. Eso se podría lograr con la incorporación de un amplio paquete tecnológico y con mayor fertilización, algo que dejamos de hacer en los últimos años por falta de rentabilidad.

La innovación es otro aspecto clave. Nuestra genética generó un salto muy importante en países donde se respeta la propiedad intelectual. Brasil es el ejemplo más cercano que tenemos, donde no sólo se paga por la tecnología aplicada en la semilla de soja sino que además utilizan nuestros desarrollos para crecer en productividad.

Según Rossi, “el 70% de la genética de la soja que esta en Brasil proviene de la Argentina” por lo tanto tenemos todo para ganar. Solo hacen falta una macroeconomía estable, reglas claras y evitar la discriminación impositiva que sufre la oleaginosa en nuestra tierra”.

El contraste es muy marcado y nuestros errores no forzados se pagan caro en un mercado global de alta competitividad. Según las primeras estimaciones de la Compañía Nacional de Abastecimiento (CONAB), que es una agencia local para el suministro de alimentos, dependiente del Ministerio de Desarrollo Agrario de Brasil, los productores del vecino país recolectarían un récord histórico de 162,43 millones de toneladas de soja en la campaña 2023/2024. Esa cifra corresponde a la producción global de 1998.

¿Por qué en solo 25 años y con nuestra ciencia, Brasil logró lo que nosotros no pudimos? La respuesta es simple: para la Conab la soja continúa siendo un cultivo con alta rentabilidad para los agricultores mas allá de las bajas en el precio internacional, lo que influye en modo determinante para el aumento de la intención de siembra. Sin mencionar los dos paquetes crediticios mega millonarios que otorgó el Gobierno de Lula Da Silva al agro en sus distintos mandatos.

Mientras tanto, aquí en Argentina el aumento de área es mas bien una cuestión azarosa. Luis Zubizarreta, directivo de ACSOJA y miembro de la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) explicó a Ámbito que “necesitamos revertir la estrategia que rige sobre la Argentina, debemos dejar de pisarle la cabeza al sector más competitivo del país y empezar a pensar en grande, a pensar en cómo salimos de la crisis. Una de las llaves para lograrlo es apoyarnos en la agroindustria”.

No será simple. Durante el Seminario ACSOJA, Roberto Urquía, referente histórico de AGD, se refirió a los candidatos que pelearán por la presidencia el 22 de octubre y afirmó que “todos son de la Capital Federal”. Por eso, detalló que “la democracia está un poco anémica de federalismo porque hay muchos políticos a los que les cuesta entender al campo”.

En este sentido, Zubizarreta precisó que “la agroindustria es la llave para salir de la crisis y la mirada tendría que estar en hacer crecer la torta de la producción.

Los políticos están mirando la coyuntura y tal vez buscando votos en donde está la concentración de gente y tratando de dar soluciones pero lo que no se dan cuenta es que las soluciones vienen por generar trabajo genuino e incentivos para que la Argentina crezca en los sectores en donde es competitiva. Estamos yendo en el camino inverso hace mucho tiempo con un sesgo anti exportador que fue nefasto no sólo para un sector sino para toda la Argentina”.

Dejá tu comentario

Te puede interesar