20 de enero 2020 - 00:00

Recaudación: que las provincias ya no cacen en el zoológico

Para bajar la evasión hay que entender, comunicarse y premiar al contribuyente. Las claves: aplicar tecnología y aprender del éxito de otras industrias.

AFIP

El escenario económico de la Argentina vuelve a ser muy complicado. Otra vez se recurre a un ajuste enfocado en los que siempre pagan, porque se espera que ellos sumen lo que se pierde por la evasión. Dicho esto, también es cierto que debe haber cambios profundos para lograr una redistribución con sensatez y equidad. Esto debe incluir el respeto y el reconocimiento hacia los que pagan sus obligaciones, y estar acompañado por una comunicación que explique la necesidad de un nuevo escenario más justo, en el que vale la pena hacer un esfuerzo colectivo.

Evasión provincial

Vayamos ahora a las provincias, actores clave en la cuestión fiscal: ¿cómo hace una Agencia de Recaudación para mejorar sus números en el corto plazo? Mientras todos aquellos cambios se ponen en marcha a nivel nacional ¿por qué no hacer más eficiente la recaudación en cada distrito, jaqueando a la evasión?

Para lograrlo, cada Agencia de Recaudación provincial cuenta con la batería de impuestos de su jurisdicción y un universo de contribuyentes sobre los que puede accionar. La cuestión, de acá en más, es utilizar herramientas que han tenido gran éxito en otras industrias para optimizar la cobranza. Herramientas, vale enfatizarlo, que no se ven limitadas por tratarse de tributos territoriales, sino que por el contrario pueden aprovechar al máximo esas posibilidades dentro de marcos regulados. Y sin olvidar nunca que el deudor, antes que deudor, es un contribuyente. Y también un ciudadano.

Así, en primer lugar, entender a ese universo de contribuyentes es clave para luego acercarse a cada uno. El concepto de segmentación permite identificar a aquellos que, por sus características, se comportan de manera homogénea, de modo tal que pueda pensarse en una estrategia masiva pero personalizada.

Además, entender al contribuyente implica saber si tiene voluntad de pago, si está en dificultades para concretar el pago por la dinámica de sus ingresos, o si estos últimos son estacionales y exige por lo tanto reestructurar la forma de pago para que cumpla con sus obligaciones. Entenderlo implica también saber cuál es el mejor canal para comunicarle su situación, basándose en su historia, sus preferencias y también en los intentos fallidos de contactarlo, de modo de apelar a otros medios para llegar a ella o a él.

Las alternativas, claro, no terminan ahí. Hay también que premiar al buen pagador, así como felicitar al que se recuperó de un historial de deuda. E igualmente, debe brindarse a quien no está al día diferentes alternativas de negociación sobre impuestos no pagados, con quitas supeditadas al cumplimiento de los compromisos, así como incentivar el contacto y la mejora de los datos de contactabilidad. Así, al barrer por múltiples canales de comunicación a los que no están pagando, será posible para la Agencia de Recaudación provincial discriminar la mala voluntad respecto del desconocimiento o la imposibilidad de pago.

Tecnología, siempre

Para el final, la llave maestra. Porque el uso de la tecnología, la sistematización de los procesos, la automatización y en definitiva la transformación digital de la recaudación provincial, son las claves para que estas mejoras sustanciales sucedan. Tal proceso ocurrió en la banca, en cadenas minoristas, en servicios públicos… Si en todas ellas se aplicaron estas herramientas con éxito, ¿por qué no tomar el ejemplo? Incrementar fuertemente la recaudación es muy factible, aun sin aumentar ni crear nuevos impuestos. Pero para ello debe hacerse más eficiente el proceso, con la tecnología como eje.

Sólo así podremos salir del zoológico.

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