La cosecha de avena de este año fue de 403.300 toneladas, representando una disminución de 20% en relación con las 501.000 toneladas cosechadas en el período 2002/'03. Se sembraron 1.150.000 hectáreas, 16% menos que en el período anterior, cuando se habían sembrado 1.360.000 hectáreas. Debemos considerar que del área sembrada, la mayoría de las hectáreas no se cosechan. Los productores, y en especial los tamberos, siembran avena como pastura y dejan que ingresen los animales cuando está en pasto. De esta forma, la utilizan como alimento del ganado vacuno, ya sea de cría o de producción de leche. Aproximadamente se cosecha por año 22% del área sembrada. Este año se cosecharon unas 253.000 hectáreas. Otros productores utilizan la avena como «doble propósito».
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En invierno (junio/julio) dejan que ingresen los animales para que coman la avena que está creciendo, y antes que las plantas mueran, sacan la hacienda y esperan hasta noviembre o diciembre para cosechar las plantas que han quedado. Lógicamente los rindes son significativamente menores a los de las avenas que cumplieron sin trastornos el total del ciclo evolutivo, pero los productores que realizan esto, obtienen dos formas de utilización de los cultivares de avena. Y a pesar de que las cifras de producción son bastante similares año a año, en 2004 existen necesidades importantes por parte de los compradores. Así es como los valores de la avena están llegando a niveles impensados.
«La avena vale lo que quiera el vendedor. Si no pagan lo que pedimos, no vendemos...», comentaba un productor de la localidad bonaerense de Tres Arroyos. A tal punto llega esta afirmación, que por estos días, los compradores ofrecen $ 500 a $ 600 pesos por tonelada a retirar del campo y los vendedores están «clavados» en los $ 700 como mínimo. Un precio verdaderamente bueno, ya que si lo comparamos con otros cultivos, la avena vale lo mismo que la soja o el girasol, tres veces más que el maíz, o el doble del trigo. Esto ocurre porque los productores de este cereal se encuentra muy cómodos económica y financieramente. Tienen mucho trigo sin vender -recordemos los excelentes rindes de este año-, están cosechando girasol y maíz y tienen «en las gateras» a la soja. De esta forma ven que la avena les puede redituar mucho más dinero al esperado en el momento en que la estaban sembrando. Además, muchos están pensando en guardar semillas para poder sembrar este año, viendo que la situación climática no se presenta de la mejor forma y las necesidades de alimento para el ganado vacuno, aumenta mes a mes. En tanto, los compradores de los haras, jinetes, deportistas y criadores de caballos amenazan diciendo que les sale más barato importar avena desde Chile, cosa que por el momento parece bastante improbable de que ocurra.
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