Los impuestos se llevan un tercio del rinde de soja
Un trabajo realizado por María Castro, de AACREA, sostiene que sólo con las retenciones, el Estado percibe una renta mayor que el productor. Y esto sin sumar el resto de los impuestos. A continuación, reproducimos un resumen de dicho informe:
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Los impuestos provinciales y municipales (sin considerar aumentos en los primeros para la provincia de Santa Fe), los aportes patronales y el impuesto a las transacciones financieras implican una «disminución» del rinde en 1,2 qq/ha. Quedan ahora sólo 11 quintales de aquel rinde logrado, pero aún habrá que descontar 1,1 qq/ha de amortizaciones (necesarias para evitar una descapitalización) y el Impuesto a las Ganancias, que representa 3,5 qq/ha. Es así como se llega a un resultado final de 6,5 qq/ha, que representa 22% del rinde obtenido por el productor. Este resultado no considera ningún costo de alquiler de la tierra (con lo cual un empresario agrícola que produce en campos de terceros obtendría bastante menos de ese 22%, especialmente en un año en el cual el valor de los alquileres se encuentra elevado en términos históricos). La sumatoria de lo que entrega el productor (ver cuadro 1) en concepto de impuestos directos, según estos cálculos, sería entonces de 11,8 qq/ha. Si bien esta evaluación tiene en cuenta la mayor parte de la presión impositiva, también es cierto que no expone toda la realidad de la carga fiscal que debe afrontar el contribuyente. La incidencia de otros impuestos indirectos -como combustibles, patentes, limitación a la deducción de ciertos gastos en Ganancias, saldos de IVA irrecuperables y tasa de justicia en las sociedades de capital-permite apreciar que el efecto impositivo sobre el agro sería más alarmante aún de lo que expresa el presente análisis (ver gráfico).
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