Las integrantes del seleccionado español femenino de fútbol que se consagró campeón mundial en Oceanía, en agosto pasado, le comunicaron este viernes a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que mantienen su renuncia al equipo nacional tras la renuncia del presidente de la entidad, Luis Rubiales.
Tras la renuncia de Rubiales, las futbolistas españolas siguen sin regresar a la Selección
El dirigente finalmente se alejó de la Federación tras las denuncias por el beso forzado a una jugadora. Pero las campeonas mundiales resisten regresar al seleccionado de ese país.
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Luis Rubiales finalmente presentó la renuncia.
Fuentes de la RFEF le manifestaron a la Cadena SER española que las jugadoras no acudirán a la llamada de la Selección en esta convocatoria al considerar que la renuncia de Rubiales y el despido del entrenador Jorge Vilda no resultaron suficientes tras el beso en la boca que el exdirigente le dio a la futbolista Jennifer Hermoso.
El pasado 25 de agosto, Hermoso y otras 80 jugadoras y exjugadoras, entre ellas todas las campeonas del mundo, firmaron un comunicado en el que reclamaban "cambios reales tanto deportivos como estructurales" y anunciaban su renuncia al seleccionado.
El comunicado que emitirán las futbolistas
Los medios españoles indicaban que, ahora, se aguarda un comunicado por parte de las jugadoras en el que explicitarán los cambios que consideran necesarios para volver a formar parte del equipo.
De hecho, Montse Tomé, la entrenadora que reemplazó a Vilda, ya las jugadoras de su primera lista de convocadas no acudirán al llamado.
Según aseguran fuentes de la RFEF, Tomé tiene libertad para incluir a las jugadoras que considere oportuno en la convocatoria y, en caso de que alguna de ellas aparezca en el listado, deberá asumir las consecuencias de su renuncia.
No asistir a una convocatoria de la selección nacional acarrea unas consecuencias, especificadas en al artículo 65 del Código Disciplinario de la RFEF, que puede ir desde una multa económica (de 3.006 hasta 31.051 euros), hasta una suspensión de la licencia federativa.
Todo el escándalo nació el 20 de agosto último, cuando España se consagró campeón mundial en el certamen celebrado en Australia y Nueva Zelanda, luego de ganarle 1-0 a Inglaterra en la final.
En el momento de la premiación, Rubiales, entonces presidente de la RFEF, le entregó la medalla dorada a Hermoso y la besó en los labios, provocando un verdadero altercado que culminó, luego de varias polémicas y negativas, en la renuncia del dirigente y al despido a Vilda por haberlo apoyado y aplaudido cuando se negó a dimitir en la asamblea del ente.
Por ese hecho, Rubiales deberá declarar ante un juez de la Audiencia Nacional española, acusado por los delitos de "agresión sexual y coacciones".
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