El economista Carlos Melconián, quien ocupó el cargo de presidente del Banco Nación durante la gestión anterior, afirmó que Argentina tiene una inflación “under line” de 50% anual, que no puede ser registrada por el INDEC. El reconocido profesional dijo en el marco de una charla organizada por la Cámara Inmobiliaria Uruguaya, ante 3.000 personas, que “emitir moneda en Argentina es apagar el fuego con kerosén”
Melconian: "Emitir es apagar el fuego con kerosén"
El economista dijo que "estamos en una crisis de carácter macroeconómico, pero hay un trasfondo político", en una actividad organizada por la Cámara Inmobiliaria del Uruguay.
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A continuación, las principales definiciones de Melconian:
La Argentina tiene más inflación de lo que tiene publicado, no porque alguien esté metiendo la mula en el INDEC, sino porque hay una inflación subyacente de precios libres de verdad, en carne, fruta, verdura, indumentaria, que no son controlados por el Gobierno, ni cuidados, ni congelados, ni tarifas públicas, que corren al 50% anual. Esa es la tasa de inflación under line que tiene la Argentina.
A lo largo de esta semana el Gobierno ha tomado algunas decisiones que todavía no están muy claras respecto a una suerte de cambio oficial llamado Contado con Liquidación, que ha revertido lo que hizo el señor Pesce en el Banco Central. El hisopado diario de reservas indica que el Banco Central no logró revertir por completo la pérdida de reservas.
Emitir moneda en Argentina es apagar el fuego con kerosén. En Argentina se está viendo si como producto de tener que usar kerosén para apagar el fuego, no iremos a una estampida inflacionaria o cambiaria.
Argentina pasó de casi un equilibrio fiscal primario en 2019, con 3 puntos de intere-ses, a un agujero de 9 puntos. Es el doble del récord histó-rico que había recibido Macri en 2015.
No hay que ser experto en el monetarismo de Chicago para darse cuenta que si uno tiene una emisión del 80% va a tener una tasa de inflación muy alta. La heterodoxia dice cómo hace el mundo que emite y no tiene inflación. No tiene repudio a su moneda. No es kerosén para apagar el fuego, es agua.
La inversión reproductiva ha caído más del 30%, es equivalente al corralito de 2001 y peor que la hiperinflación (1989). No alcanza para cubrir la depreciación del capital. Es como que se rompe la tapa del inodoro y no la repongo.
La salida va a ser distinta de otras recuperaciones. De la hiperinflación se salió creciendo al 8% anual, de la convertibilidad se salió al 9%. No estamos viendo tasas de recuperación de esa magnitud. Esto va a llevar tiempo.
Estamos en una crisis de carácter macroeconómico, pero hay un trasfondo político. En Argentina las peores crisis las hemos tenido cuando la política y la economía funcionan mal.
Las reservas disponibles son u$s5.000 millones de los cuales efectivos son menos de u$s1.000 millones.
Por más que se diga que $77 es un tipo de cambio oficial que está por encima del promedio histórico (y lo comparto) o por más que se diga que 180 de contado con liqui o el paralelo tiene un over shooting; si usted sigue con kerosén mucho que no lo va a poder parar.
Si viene el salto devaluatorio, que a nuestro juicio tiene enormes posibilidades nominales de ocurrir, la pregunta es si es parte de una solución o de una catástrofe. Estamos descartando que sea parte de una solución porque la economía argentina tiene mucho por ajustar. Si una devaluación no viene acompañada con algo se hace imposible.
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