El presidente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, alertó hoy de que 44 millones de personas han caído en la pobreza desde junio del 2010 debido al incremento del 36 por ciento en los precios de los alimentos en el último año. "Cada vez más pobres sufren a causa de ello y cada vez más personas pueden verse arrastradas a la pobreza por los elevados y volátiles precios de los alimentos", señaló Zoellick. Se trata de declaraciones durante la presentación de un nuevo informe "Monitor de Precios de Alimentos", dado a conocer hoy.
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Según sus datos, los alimentos cuestan en promedio un 36 por ciento más este año que el anterior. Desde junio hay 44 millones más de personas bajo el umbral de la pobreza a causa del aumento de los alimentos, es decir que tienen menos de 1,25 dólares para pasar el día. Si la comida se encarece un diez por ciento más, otros 10 millones de personas podrían sufrir la misma suerte. Un salto de un 30 por ciento equivale a 34 millones más de pobres. El BM destaca que ya viven por debajo de ese umbral 1.200 millones de personas.
Entre los alimentos básicos, los que más subieron fueron el maíz (un 74 por ciento), el trigo (69 por ciento) y la soja (36 por ciento). En cambio el arroz se mantiene estable. El BM reconoce una serie de causas para el problema, que hace tres años causó graves disturbios por hambre en numerosos países. Una de ellas son los costes del combustible por las protestas en Cercano Oriente y el norte de África, así como las malas cosechas por ejemplo en Rusia y Australia, limitaciones a las exportaciones de los países productores, el mayor aumento de la producción de biocombustibles y menores reservas.
Los pobres se ven especialmente afectados por el aumento de los precios, porque gastan un porcentaje mayor de sus ingresos en la comida que las personas de mayores ingresos. Por ejemplo en Kirguistán el diez por ciento más pobre de la población gasta tres cuartos de sus ingresos en alimentos. Como medidas para hacer frente al problema, el BM propone programas de ayuda específicos para los más necesitados, el levantamiento de las limitaciones a las exportaciones y regulaciones menos estrictas para el uso de biocombustibles cuando los alimentos lleguen a determinados niveles. Además pide más inversiones en el sector agrario, a menudo postergado. El BM y el Fondo Monetario Internacional (FMI) realizan este fin de semana su reunión conjunta de primavera, en la que el tema de los alimentos será una de las cuestiones centrales.
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