La reestructuración de la deuda con el Club de París mejorará «el clima de negocios con Europa.» Así lo aseguró el canciller de Bélgica, Karel De Gucht, tras sendas reuniones con la ministra de Economía, Felisa Miceli, y el ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana.
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De acuerdo con el funcionario europeo, la reestructuración de dichos compromisos se encuentra en una etapa de «excelentes perspectivas». El equipo económico está elaborando una propuesta para renegociar la deuda de u$s 6.500 millones, que incluirá mayores plazos y reducción de tasas, aunque mantendrá el capital. De todas maneras, no se llegaría a tiempo para hacerla en diciembre. Para los países desarrollados, que son los principales acreedores, se trata de una importante señal de la Argentina que procura así normalizar la deuda que aún permanece en default.
Según Miceli, esta mejora del clima de negocios permitiría incrementar las inversiones europeas en el país. Los temas abordados por De Gucht y los funcionarios que lo acompañan -tanto en la reunión con Miceli como con Taianafueron las relaciones bilaterales, la reestructuración de la deuda con el Club de París y la posibilidad de acercar posiciones para limitar los subsidios agrícolas, luego de la impasse de la Ronda de Doha.
De Gucht indicó que los avances en la renegociación de la deuda implicará que los organismos oficiales de su país queden liberados para otorgar seguros de créditos y exportaciones. Esto significa -dijo- «apoyo a las inversiones belgas en la Argentina».
Otra de las cuestiones conversadas fue en relación a una posible solución a las diferencias existentes entre el Mercosur y la Unión Europea por los subsidios agrícolas aplicados en el Viejo Continente. El funcionario belga puso de relieve que su país «tiene interés en realizar un aporte» en ese sentido y destacó que tanto la Argentina como Bélgica -«y tal vez los Países Bajos»-, desde sus respectivos puntos de vista, «no son los países con posiciones más extremas».
Taiana, por su parte, calificó de «significativa» a la presencia en el país de De Gucht, debido a que la última visita de un ministro de Relaciones Exteriores de Bélgica se produjo «hace ocho años». Hasta recordó, en ese sentido, que una empresa de ese origen fue la que construyó el Teatro Colón y la red de subterráneos.
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