24 de julio 2002 - 00:00

Creció 5 veces la venta de cheques diferidos

El mercado de compraventa de cheques diferidos y otros documentos no da abasto: hoy recibe cinco veces más consultas que el año pasado y el volumen de operaciones creció proporcionalmente.

Sedientos de efectivo o de acelerar el proceso de cobro, los tenedores deben afrontar tasas de interés elevadísimas, que llegan a 12,5% mensual para obtener billetes (ya sea en bonos o en pesos, en general desde el mercado informal) y 80%-90% anual para cambiar el documento vendido por cheques al día.

Este intercambio, que viene creciendo desde principio de año, se ve motivado por la imposibilidad de pagar con diferidos la compra de insumos porque los proveedores no los aceptan y porque tampoco puede esperarse un plazo superior a los 30 días para cobrarlos a causa del riesgo cambiario y la devaluación.


Hay más movimiento también porque la factura de crédito no ha sido plenamente aceptada todavía
y, por lo tanto, se libra un número mayor de cheques para cerrar transacciones.

Entre las exigencias de los compradores, está en primer lugar que el cheque diferido provenga de una firma de primera línea -requisito que, según los compradores, deja afuera a 60% de los interesados- y además, que se recupere dentro de los 30 y 60 días. También que el vendedor se haga cargo de los gastos administrativos y otras retenciones como el impuesto al cheque, que en total generan un descuento de 3% más IVA sobre el monto originario. Entre otras cosas, se analiza la admisión del cheque de acuerdo con el banco al que pertenezca o bien se proponen tasas de interés diferentes.

«Estamos aceptando cheques diferidos, según el cliente. El año pasado, no cobrábamos más de 1,8%-1,9%, pero ahora, la tasa mensual está cerca de 7%. Igualmente, en 2001 recibíamos entre 10 y 12 llamados por día y ahora, las consultas para cambiar cheques diferidos llegan a 50 y 60 diarias», aseguró Christian Debortoli, de Sadela Financiera, en diálogo con Ambito Financiero. En promedio, los montos solicitados no son muy cuantiosos. «Se cambian cheques chicos, de $ 6 a $ 7 mil como máximo», indicó el operador. Cabe recordar que hay bastante intercambio de diferidos por «al día» ya que para que los segundos se acrediten hay que esperar 48 horas y porque los proveedores los aceptan en general.

• Preferencia

«Aumentó el volumen de operaciones y el hecho tiene que ver también con que se está prefiriendo el cheque diferido a la factura de crédito, porque es menos complicado para utilizar administrativamente», explicó a este diario el gerente comercial de Buen Valor, Daniel Cecchini.

Los intereses rigen también para el cambio de otros documentos como facturas y certificados de trabajos realizados
.

«El año pasado recibía certificados de obra de empresas constructoras. Los tomaba con intereses de 3%-4% mensual, pero ahora, por efectivo subió a 10-11%»,
aseguró Daniel Tierra, desde el sector de la construcción.

Cecchini, indicó que
«se cambian los cheques diferidos por depósitos en cuenta corriente para no tener que esperar 45 días, que es lo que tardan en cobrarse y porque se pueden utilizar para realizar otros pagos, por ejemplo a proveedores».

Oscar Tenenbaum
, vicepresidente de la financiera Concred, señaló que « estamos tomando cheques diferidos a 80%-90% de interés anual a las PyMEs. En el mercado informal se pueden ver tasas de 150% o más. Hoy en día, a las PyMEs no se les puede cobrar más por la situación que vive el país». Tenenbaum aseguró que «es muy difícil encontrar alguien que cambie un cheque diferido por plata fresca. Se ofrecen cheques al día».

• Sin fondos

Además del futuro incierto del dólar, uno de los problemas que deben enfrentar los compradores de estos cheques, es el importante aumento de cheques sin fondo que se reciben.

«Cerca de 40% de los cheques que recibimos no están respaldados, y muchos provienen de firmas de primera línea»
, aseguró un comprador del microcentro porteño que prefirió guardar el anonimato. En efecto, según José Paletta, director de Morosos Incobrables, «este año se triplicaron las denuncias de cheques sin fondo, de robo de facturas y cheques y de acá a fin de año la cifra va a seguir creciendo si no se revierte la situación económica». Por experiencia, Paletta recomendó facturar en todos los casos y registrarlo en los libros para dejar constancia de la operación. «Si la empresa de la que proviene el documento entra en convocatoria, es imposible cobrarlo después si no se tiene registro de ese cheque», indicó.

Debortoli afirmó que «mucha gente está dando de baja a las tarjetas de crédito también. En diciembre, bajamos el límite entre 30% y 40%, y hoy se está operando con 50% de lo que se permitía el año pasado».

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