6 de mayo 2008 - 00:00

Cristina I

Cristina de Kirchner habló ayer de la inflación en Casa de Gobierno. Pero nada de lo que sucede con los precios es responsabilidad del gobierno. Primero embistió a supermercados e indirectamente se refirió a Carrefour. Citó como prueba que tiene en Vicente López precios 40% superiores a los existentes en Santa Cruz. También los acusó de publicidad engañosa, y será Guillermo Moreno quien se encargue de ellos. Le dedicó varios minutos al monopolio "Clarín". Habló de aumentos en la TV por cable y de artículos recientes. Pero hay alguna razón, no del todo transparente, en esta recuperación periodística que el monopolio "Clarín" le quiere dar a su cobertura sobre la inflación.

Cristina de Kirchner, ayer, durante el discurso en el que embistió contra los sectores que más aumentaron los precios.
Cristina de Kirchner, ayer, durante el discurso en el que embistió contra los sectores que más aumentaron los precios.
Cristina de Kirchner reconoció la suba de precios, pero no sólo culpó al campo, sino también a los industriales, comercializadores, e incluso a los operadores de televisión por cable (otro mensaje al monopolio «Clarín»). Repitió, además, que «la suba de los precios del mes pasado se debe al lockout del campo y a la puja distributiva».

En un duro discurso en Casa de Gobierno, opinó que «hay una apropiación de la rentabilidad de parte de los formadores de precios» y se quejó de los grandes supermercados que anuncian ofertas que luego no cumplen (aludió puntualmente a Carrefour). Confirmó que le dio instrucciones al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, «para que se modifique una norma de larga data, y que se difunda la cantidad de unidades a disponer por cada precio», ya que el sector utiliza un tipo de publicidad engañosa que la calificó de «cazabobos».

El marco de estas declaraciones fue el anuncio de subsidios por $ 119 millones para laboratorios y centros de investigación científica en el Salón Sur de Casa de Gobierno. Cristina de Kirchner sostuvo que de ahora en más el «desafío» que viene es mantener el crecimiento que permitió el modelo «sin afectar la distribución del ingreso, que al mismo tiempo va realimentando virtuosamente y políticamente y socialmente el modelo».

Como es habitual, no perdió la ocasión para fustigar a los medios y dijo que «muchas veces nos encontramos con que no sólo se publican cosas que están mal, sino que no son verdad», en alusión a la publicación de incrementos de hasta 45% en las cuotas de los colegios privados el domingo en «Clarín». Al respecto, sostuvo que «no hay una noticia mala sino una manipulación de la información, diría que para desinformar y preocupar a la gente».

En la pelea que lleva a cabo el gobierno con el grupo «Clarín» criticó a las operadoras de televisión por cable, a quienes acusó de «ejercer una posición casi dominante» en el mercado y de fijar libremente los precios que influyen en la composición del índice inflacionario. En su discurso, la jefa de Estado prometió que su gobierno va a monitorear los precios, pero pidió «que los padres que sufren aumentos abusivos de las cuotas de los colegios denuncien la situación ante la Secretaría de Comercio Interior».

  • Criterio

    También hizo referencia a las declaraciones del subsecretario general de la CGT, José Luis Lingieri, publicados ayer en «Clarín». El gremialista pidió a los empresarios que moderen su demanda de rentabilidad, al tiempo que reconoció que se está frente a «una espiral inflacionaria». En ese momento, el público comenzó a gritar, Cristina quiso seguir con su discurso aunque sin éxito, por lo que pidió: «Déjenme continuar».

    Retomó la palabra y defendió la moderación de los dichos del sindicalista. En ese sentido, afirmó que en la Argentina -nadie se hace responsable- de la formación de los precios: «pareciera ser que los precios los fijara el gobierno o el Arcángel San Gabriel y los empresarios no tuvieran nada que ver, como si ellos (empresarios) no fueran actores importantes que forman precios en toda la cadena», explicó. Advirtió, además, que «si entramos en una puja de precios y salarios, terminamos en una espiral inflacionaria» y pidió, a la vez, «abordar los problemas en serio».

    Cristina aseguró que con el contexto macroeconómico actual no debería haber inflación, ya que los niveles de inversión muestran que la capacidad instalada aumentó para satisfacer la demanda.
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