18 de junio 2020 - 00:00

Opinan los expertos

FAUSTO SPOTORNO

Consultora OJF

Ya antes de la cuarentena empezamos a ver que el gasto público comenzaba a crecer más rápido que la recaudación, fue por primera vez, en casi 20 meses, en enero. Con la cuarentena se produjo una caída, real, del 25% en la recaudación con el agravante que el Estado tuvo que salir a sostener socialmente a los más perjudicados, todo eso provoca un déficit fiscal que lo está financiando básicamente con emisión monetaria. El aumento del déficit se explica 35% por aumento del gasto y 65% por caída de recaudación. Para los próximos meses creo que eso se va a sostener, y quizás si hay acuerdo con bonistas puede llegar a colocar algo de deuda en el mercado local, por lo menos para renovar parte de capital e intereses que vencen. Si se extiende la cuarentena esta complicada situación se va a prolongar. El problema es que cuando se frene la cuarentena nos vamos a encontrar con una economía muy recesiva y un riesgo enorme de aceleración inflacionaria. Esto se refleja en la brecha cambiaria. Además con un atraso del tipo de cambio que lo va a forzar, tarde o temprano, al Gobierno a acelerar el ritmo de devaluación.

HERNÁN HIRSCH

FyEconsult

La estrategia de financiamiento del Gobierno a corto plazo es clara: fija un costo financiero el cual está dispuesto a convalidar y que considera sustentable bajo los parámetros de su modelo de sustentabilidad de la deuda. Con esa tasa de interés sale a captar la máxima cantidad de fondos posibles. Pero cómo la necesidad de financiamiento es elevadísima y no está dispuesto a pagar más tasa, queda un importante remanente que no logra financiar. Eso lo lleva a emitir dinero e imponer regulaciones que buscan inducir una mayor demanda de bonos. La estrategia de largo no está tan clara y depende de lo que suceda con la reestructuración de la deuda y la normalización del mercado de capitales local. No creo que se pueda construir una curva de rendimientos en pesos que sea independiente de la curva en dólares, tanto en ley local como externa.

ALDO ABRAM

Fundación LyP

Mientras el Gobierno trata de atender las necesidades de gasto para salud y para subsidios de sectores vulnerables con pocas bajas en otros tipos de erogaciones, la recaudación se desploma como resultado de la cuarentena. Hay quienes no parecen darse cuenta que es el sector productivo el que, con su trabajo, genera los recursos para pagar las erogaciones y sueldos propios y los impuestos con los que se abonan los del Estado. No hay magia y menos aún en uno con décadas de continuo y creciente exceso de gasto público. La realidad es que no tenemos la misma posibilidad de mantener a nuestro sector productivo mayormente parado; porque, sin producción, sólo queda empobrecerse cada vez más, sobre todo los sectores de bajos ingresos.

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