Periodista: Nos preguntábamos en nuestra última conversación si la FED no iba a lamentar no haber subido la tasa en su reunión. Por qué dejar para septiembre lo que podía hacer el miércoles último. Justo antes que estallara la tormenta. ¿Se durmió Powell al timón?
Diálogos de Wall Street
Powell no la vio. Viernes y lunes negros. ¿Es un error de la FED? ¿Es un mero exabrupto financiero o una recesión? ¿Habrá que bajar las tasas sobre la marcha, antes de la próxima reunión?
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Gordon Gekko: No. La FED está muy atenta. Recordemos que Powell pivoteó el 13 de diciembre. La FED cerró el año pasado con un mapa de puntos que ya traía tres recortes de tasa para este año. No hay nada que le impida bajarlas. Simplemente, con la información disponible, no lo consideró oportuno.
P.: Con el diario del lunes negro, ¿no fue un error?
G.G.: Los mercados piensan que sí. Yo no estoy convencido. Y conste que dijimos que podían haber recortado las tasas en abril, tomando mucho riesgo, eso sí. Ex post no hubiera sido tampoco una equivocación.
P.: El banco central, ¿no está corriendo detrás de los acontecimientos? Bill Dudley, ex titular de la FED de Nueva York, la instó a anticiparse al informe de empleo. Temía lo que después se verificó, que el aumento de la tasa de desempleo encendiera las alertas de una recesión.
G.G.: Visto desde el ángulo de los mercados, el timing de Dudley fue mejor que el de Powell. Y el de Warren Buffet todavía mejor que el de los dos. Pero, ¿estamos en una recesión como señala la ahora famosa regla de Sahm? La respuesta es no. La economía se debilita, pero es lo que la FED necesita, por eso mismo mantiene una política restrictiva. La idea era comenzar a bajar las tasas en septiembre porque no había prisa. Y, de hecho, el apuro actual es por la caída de los mercados financieros, no por el cuadro que presenta el mercado de trabajo. El empleo crece. No se destruye. Ni siquiera con el paso del huracán Beryl.
P.: Aumenta el desempleo y el empleo en EEUU.
G.G.: La misma Claudia Sahm, la descubridora de la regularidad, dice que no es una recesión. Crece la fuerza laboral y no todos encuentran empleo de inmediato. Los indicadores PMI de servicios, a diferencia de la industria manufacturera, señalan una expansión saludable. Y como servicios pesa más, la actividad se dinamiza. A un ritmo comparable con un crecimiento del PBI de 2,2%, dice el reporte de S&P Global. Es el aterrizaje suave, estúpido.
P.: ¿No fue un error de la FED, entonces, al menos, desde el punto de vista económico?
G.G.: Si hubo un error, y lo hubo, lo cometió el Banco de Japón.
P.: ¿Subiendo las tasas? Lo curioso es que no pasó nada la primera vez, que normalmente es cuando más incide un cambio de política monetaria.
G.G.: Yo diría que el error estuvo en el énfasis.
P.: Pero si solamente las subieron 15 puntos base a 0,25%.
G.G.: El problema fue el énfasis del paquete completo de anuncios. Suba de tasas, reducción de la compra de bonos a la mitad (a marzo de 2026) y el tono agresivo de la conferencia de prensa del Gobernador Ueda. Es un error comprensible. Japón no sabía qué hacer para detener la caída del yen. Las intervenciones cambiarias fracasaron. Por eso intentó esta trifecta tan agresiva.
P.: Y se le fue la mano.
G.G.: No sabían cómo frenar la suba del dólar por encima de los 160 yenes. Y de repente lo voltean a 142. Si hoy es un lunes negro se lo debemos enteramente a un error de cálculo en Tokio. Comentario al margen. Me pregunto adónde hubiera ido a parar si además la FED bajaba la tasa.
P.: ¿La zozobra que vemos es por el efecto del apalancamiento y la necesidad de dar vuelta las posiciones?
G.G.: La caída se hubiera producido igual. Hubiera bastado con la presencia de la regla de Sahm. Y con la corrección de las tecnológicas por culpa de sus balances. Pero la zozobra lleva sí el sello japonés.
P.: ¿Cree que la FED va a reducir medio punto la tasa en septiembre? ¿O, más aún, cree que puede gatillar una baja sin esperar a la próxima reunión?
G.G.: No veo la necesidad. Pero la FED, lo decimos desde junio de 2023, cuando practicó la primera pausa en la suba de tasas del ciclo 2022-2023, está muy interesada en no romper nada. Por eso el último aumento de tasa lo realizó en julio del año pasado. Si algo importante se quiebra, o corre el riesgo de dañarse seriamente, la política monetaria tomará cartas en el asunto. Sin importar el calendario. Hay que darles tiempo a los mercados, que decanten los llamados a reponer garantías, para chequear si hay destrozos que atender de urgencia.
P.: La FED, esta vez, tiene con qué.
G.G.: Con las tasas cortas en 5,50% hay mucho campo de maniobra.
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