21 de julio 2021 - 00:01

Caro o barato: el dólar blue, propio de tiempos de volatilidad, no de crisis

Empezaron a sonar, con fuerza, los tambores cambiarios de cara a la puja electoral. ¿Son tan altos o no estos tipos de cambio informales? Lo cierto es que el BCRA volvió a emitir y eso también genera lío.

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La cotización del dólar en los mercados informales ya viene haciendo ruido desde abril pasado, cuando su versión “blue” escaló a más de $160 para luego a fines de junio superar los $170 y así arribar hoy a niveles de $180. Otro tanto ocurrió con el “CCL” y “MEP”, con diferentes recorridos, coronando brechas de más del 70%. Vale recordar que en octubre del año pasado todos los dólares informales marcaron un hito mientras el BCRA se desangraba vendiendo más de u$s4.100 millones de las reservas. Como ya se señalara oportunamente, se descontaban ruidos cambiarios en medio de la puja preelectoral, que luego se intensifican tradicionalmente en plena campaña al son de las encuestas.

¿Pero el dólar está caro o barato?, se vuelven a plantear ahorristas e inversores ante cada salto disruptivo de los dólares informales. Pero convengamos que la economía argentina atraviesa por una particular coyuntura, arrastrando y acumulando males y desequilibrios macro año tras año en las últimas dos décadas, y encima ahora jaqueada por una crisis sanitaria global. Como si fuera poco debe atravesar el desierto cambiario de las elecciones de medio término, bajo una polarización intransigente.

O sea, nada nuevo, salvo la presencia del covid-19, por lo menos desde la eclosión de la convertibilidad. De ahí que las expectativas devaluatorias estén a flor de piel. Cualquier excusa es buena para empezar a dolarizar carteras y ahorros.

Sin embargo, mirando por el espejo retrovisor, la historia contemporánea parece decirnos que no estamos frente a un dólar típico de las últimas crisis terminales como lo fueron los tipos de cambio paralelos de la hiperinflación de 1989 (abril/julio) o el posterior a la Guerra de Malvinas de 1982 (junio/agosto), o incluso el dólar oficial de la Híper del 89.

En cambio, los niveles alcanzados por los tipos de cambio reales informales en octubre del 2020 fueron muy similares a los máximos registrados en esos eventos de los 80. Por ejemplo, el CCL de $190 de octubre 2020, era casi similar del oficial de la Híper 89 que a precios del año pasado era de $191, mientras que el paralelo de la Híper 89 equivalía a $240 y el de pos-Malvinas a $210.

Esos valores hoy serían similares a $239, $300 y $263 respectivamente. De modo que la cotización alcanzada por los dólares informales en la actualidad, aún, dista mucho de experiencias traumáticas de los 80. En realidad, se asemejan más a tipos de cambio reales informales vinculados con épocas de inestabilidad pero no hiperinflacionarias. Por ejemplo, siguiendo el ejemplo del CCL de octubre pasado de $190, este superaba ampliamente a los paralelos de pre-Alfonsín 1983 (septiembre/octubre) que equivalía a pesos de octubre pasado a $150 o el paralelo previo al Plan Austral (enero 84/mayo 85) de $141 e incluso al dólar oficial de Duhalde 2002 de $125.

A estos tres momentos de la historia se los considera, en términos cambiarios, asociados a épocas de inestabilidad que no llegaron a detonar una híper. Esos valores a precios de hoy serían aproximadamente de $187, $177 y $157 respectivamente.

Dicho esto, cabe señalar que si bien no se está frente a niveles de dólar propios de situaciones de crisis terminales, el tenor de la brecha genera ruidos indeseables, sobre todo en un año electoral. Y dado que aún hay varias generaciones sobrevivientes de dichas crisis la experiencia está a flor de piel y los reflejos muy agudizados. Por ende, más allá de las mezquindades políticas, tanto el Gobierno, y sobre todo el BCRA (que volvió a emitir), como la oposición deben saber que no pueden tirar de la soga por demás, salvo que estén dispuestos a saltar al vacío, sin saber si hay red o no.

Hoy hay una ventaja, que antes no se tenía, y es que el tipo de cambio real oficial no está atrasado. Los $96 de hoy están dentro del rango del promedio histórico desde los 70, incluso supera el promedio de 1997/2021. Esto último es lo que le brinda margen al Gobierno para desacelerar el crawling peg de cara a las elecciones y de ahí la necesidad de que el CCL y el MEP no se alejen tanto, y menos el blue. Porque la brecha genera más nerviosismo. En las elecciones de 2013 la brecha apenas superaba el 60% (tras la devaluación se redujo al 30%) al igual que en las elecciones de 2015. Hoy está subiendo, muy rápido. En octubre 2020 la brecha superó el 120%.

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