A menos de dos semanas de las elecciones de medio término, el mercado comienza a realizar sus apuestas sobre qué pasará con las variables claves de la economía el lunes 27 de octubre. En la previa de los comicios, que no se prevén del todo auspiciosos para el oficialismo, el Gobierno cerró el swap de monedas con Estados Unidos por u$s20.000 millones y el jueves de la semana pasada el Tesoro estadounidense intervino comprando pesos en el mercado libre de cambios.
Dólar, inflación y tasas tras el 26-O: el mercado recalcula y define escenarios ante el auxilio de EEUU
El resultado de las elecciones definirá el margen político del Gobierno para sostener el esquema cambiario y contener las presiones sobre el dólar, la inflación y la actividad. Aunque en buen momento llegó el cierre del salvataje con EEUU.
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El mercado recalcula expectativas y prevé qué pasará con las variables económicas tras las elecciones.
Los dos escenarios posibles que comenzó a trazar la city son los siguientes: uno “aceptable” para La Libertad Avanza (LLA) -implicaría una victoria electoral o un empate técnico-, y otro “negativo”, con una derrota más amplia (superior a los cuatro puntos) que reabriría dudas sobre la gobernabilidad y el rumbo económico. En ambos casos, el acuerdo con Estados Unidos y la estabilidad cambiaria serán determinantes para definir el pulso de los próximos meses.
El jueves el Tesoro de EEUU intervino en el MLC para quitarle presión a la divisa. A través del Banco Santander, Washington salió a “comprar pesos” por primera vez en su historia, en el marco del viaje de Luis Caputo a Estados Unidos y en la previa del encuentro entre Javier Milei y Donald Trump. Esta compra de pesos sería parte del "salvataje" a la Argentina, que contempla un swap de monedas por u$s20.000 millones.
“El acuerdo con EEUU y el resultado electoral van a condicionar la política económica pos 26 de octubre”, explicó a Ámbito Pedro Martínez Gerber, de PxQ. Según el economista, lo sorpresivo del salvataje fue la intervención del Tesoro en el mercado cambiario local, mientras que el anuncio del swap "estaba dentro de lo esperado”.
La intervención en el MLC fue una operación puntual con la intención de cambiar las expectativas. Incluso, en su mensaje del jueves, Scott Bessent, titular del Tesoro de EEUU, afirmó que la "banda cambiaria sigue siendo adecuada para su propósito", con la intención de mantener el régimen actual. El propio Milei enfatizó este lunes que "Argentina no va a tener problemas de liquidez", aunque añadió que si hay dudas en el mercado, EEUU intervendrá para dar aire.
Este lunes el dólar oficial cedió $71 (-5%) y cerró a $1.349, a más de 10% del techo de la banda, su valor más alejado desde fines de septiembre, y además se trató de su mayor baja desde el 7 de mayo.
En ese sentido, el Martínez Gerber afirmó que si bien la decisión de mantener las bandas es "política", el esquema no será sostenible hasta tanto no ingrese "oferta privada", ya que no será posible mantenerlo si el Tesoro argentino o el Banco Central tienen que continuar vendiendo dólares de sus arcas.
Escenario I: resultado competitivo y control moderado
En el escenario más favorable para el oficialismo, el esquema cambiario mostraría una flexibilización controlada, con una depreciación moderada del peso y una aceleración transitoria de la inflación. En ese marco, las tasas de interés tenderían a la baja, permitiendo cierto rebote de la actividad hacia fin de año.
El economista Guido Zack, de Fundar, coincide en que “independientemente del resultado electoral, lo que va a haber después del 26 de octubre es un tipo de cambio más alto”, aunque sugiere que el traspaso a precios podría ser acotado.
“En una economía con bajo nivel de actividad, el 'pass-through' será limitado. Si el salto cambiario corrige el déficit de divisas, eso podría permitir tasas más bajas y una mejora gradual de la actividad en 2026”, analizó.
Desde este enfoque, el “escenario I” no implicaría un cambio brusco en la política económica, sino una continuidad con ajustes graduales mientras se define el frente externo. La clave sería que el dólar no rompa el techo de las bandas cambiarias y que el ingreso de divisas privadas alivie la presión sobre el BCRA.
Escenario II: resultado negativo y "overshoot" cambiario
En el caso de un resultado adverso para LLA, el panorama se complica para el Gobierno. Las consultoras prevén un “overshoot” del tipo de cambio -una devaluación más abrupta- y una extensión de la recesión.
Para Federico Zirulnik, economista del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), “el esquema cambiario vuela en cualquier caso, pero con un mal resultado electoral es más probable un salto de magnitud relevante”. Según su visión, ese salto presionaría aún más la inflación, mientras que la actividad “en el mejor de los casos continuará estancada”.
Florencia Fiorentin, economista en jefe de Epyca, por su parte, marcó riesgos en el corto plazo: “Deberían evitar la devaluación porque tienen muchos vencimientos de futuros, pero después de eso, el tipo de cambio seguirá presionando al alza. Si pierden, es probable que haya remarcación de precios por expectativas”, explicó.
La economista apuntó además que la caída del consumo y los salarios reales dejan poco margen para un repunte de la actividad. “Con tasas positivas, consumo en baja y dificultades para controlar el dólar, no hay nada que la traccione”, resumió.
Inflación, tasas y actividad: los ejes de la pos elección
En cualquiera de los dos escenarios, la inflación sigue siendo la variable más sensible. Los economistas coinciden en que habrá una aceleración moderada en los precios, alimentada por el dólar y las tasas de interés, aunque con distinto impacto según el resultado electoral.
La política monetaria también podría tomar caminos opuestos: mientras el escenario optimista contempla una baja de tasas, un resultado negativo mantendría la tasa real positiva para intentar frenar la dolarización.
El consenso entre los analistas es que la actividad económica seguirá débil, con escasas chances de recuperación inmediata. El rebote dependerá, en última instancia, de la estabilidad política, el flujo de divisas y la capacidad de sostener el programa sin una devaluación brusca.
En definitiva, el resultado electoral marcará el margen de maniobra del Gobierno para sostener el esquema cambiario y definir la velocidad de los ajustes. Aunque a buen horario llegó el cierre del salvataje con EEUU, del cual se conocerá más este martes después de la reunión entre Trump y Milei.
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