Por apenas una fracción, pero aun así el NASDAQ marcó su segundo mínimo anual consecutivo. Dicho esto y aun admitiendo que 0,01% que retrocedió el índice del mercado tecnológico podría ser definido como un "sin cambios", no se puede sino admitir que el ánimo de los inversores sigue siendo cuando menos "no bueno". Es cierto que las cosas siguen algo mejor entre los tenedores de Blue Chips, pero con 0,6% que perdió ayer el Dow al cerrar en 10.563,39 puntos, el promedio de las 30 empresas más populares de los EE.UU. bajó al mínimo de las últimas siete semanas. Alguien podría pensar que dado nuevamente el tradicional paso al costado que suelen efectuar los inversores antes de las reuniones del Comité Abierto de la Reserva Federal (apenas se alcanzaron a realizar operaciones con 1.600 millones de acciones en el mercado electrónico y 1.400 en el tradicional), fue la incertidumbre sobre las tasas lo que acaparó el interés de los inversores. Pero con el petróleo superando otra vez la barrera de los u$s 57 durante la mayor parte de la sesión (cerró con una ligera baja en u$s 56,62 por barril), es claro que las preocupaciones fueron las mismas que las de todos los últimos días: el crudo y la inflación.
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Esto no quiere decir que lo que hagan Greenspan y su gente resulte intrascendente, pero más que temerle a un posible incremento de medio punto en el costo del dinero para el sistema bancario -como el que estiman los más osados-, lo que concita el interés de los analistas es ver si la Fed retirará o no el término " mesurado" (en referencia al ajuste de las tasas) de su informe oficial.
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