En el film «Victor Victoria», una famélica Julie Andrews introducía una cucaracha en su plato en un restorán parisino con la intención de que no le cobraran la comida. Anna Ayala -quizás inspirada en el musical de Blake Edwards- hizo algo parecido, pero con objetivos bastante más ambiciosos: la mujer fue quien dijo haber encontrado una falange humana en un «bowl» de chili con carne en un Wendy's de la californiana ciudad de San José. Su plan, aparentemente, no era que le devolvieran lo ya pagado, sino demandar a la tercera cadena de comidas rápidas de Estados Unidos por una cifra millonaria.
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Sin embargo, la historia en la vida real tendrá un final algo más complicado que el del personaje de Andrews: un fiscal decidió procesarla por intento de extorsión. Sus antecedentes y su presente no la favorecen: ayer fue detenida en Las Vegas en conexión con otro delito. Es que la señora Ayala le había vendido en u$s 11.000 un «motor home» a una familia, que luego de ocupar la casa rodante algunos días fue violentamente desalojada por sus auténticos propietarios. Hasta ayer, los ejecutivos de Wendy's ya no sabían qué más hacer para convencer al público de que no eran responsables por la aparición de tan inesperado ingrediente en su menú, la punta de un dedo perfectamente manicurado
(lo que hace pensar que había sido robado de un cadáver, porque además nadie reclamó la parte humana como propia). La cadena sigue ofreciendo u$s 100.000 por cualquier información que lleve al dueño del dedo. Según informó la agencia «Bloomberg», la empresa admitió que, por la desconfianza creada entre los consumidores por el «incidente», está perdiendo un millón de dólares diarios. Seguramente, Ayala, al momento de «encontrar» la falange, contaba con que la empresa «arreglaría» rápidamente con ella para que el «hallazgo» no llegara a los medios.
Wendy's hizo saber que no existe evidencia verosímil de que el restorán haya sido la «fuente» del dedo. Asimismo, Wendy's debió eliminar puestos de trabajo y recortar horas trabajadas en el área de San Francisco por la caída en las ventas, reconoció Tom Muller, CEO de la firma. Ahora, su vocero, Denny Lynch, declaró en rueda de prensa: «Nos sentimos reivindicados». Pero las será difícil revertir lo sucedido: en el norte de California las ventas de Wendy's cayeron 30%. Ayala ya había presentado demandas contra varias otras empresas en los últimos años, incluyendo la cadena El Pollo Loco Inc. y General Motors Corp. Ninguna de ellas aceptó pagarle.
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