Madrid - La economía española debe volver a un crecimiento más amplio en el segundo semestre del próximo año, aunque los factores externos podrían retrasar esta mejora, dijo ayer el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. «Es lo que los pronósticos y lo que todos los organismos internacionales esperan», dijo en una entrevista con el canal Telecinco. Y agregó: «Quiero enfatizar que éstos son pronósticos, porque podría ser que empezáramos a crecer un poco antes o un poco después, ya que depende de factores que nadie puede controlar, por ejemplo, el precio del petróleo».
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Culpó de la desaceleración a la crisis de las hipotecas de riesgo en Estados Unidos. «De ahí vino todo. Su sistema financiero estaba fuera de control y ha infectado a toda Europa», afirmó. El crecimiento del PBI, que en la última década ha aumentado a una media de 3,8% anual, caerá a 1,6% este año y a 1% en 2009, según las estimaciones gubernamentales.
El gobierno insiste en que la economía española volverá a cifras próximas a 3% en 2010, que evitará la recesión, y que seguirá rindiendo mejor que el resto de la zona euro, aunque algunos economistas temen que el país afronte años de bajo crecimiento mientras intenta eliminar la elevada deuda del sector privado y mejora su deficiente productividad.
La principal preocupación es el aumento del desempleo, que los analistas han dicho podría subir a 15% (3,5 millones de personas) en 2009. La desocupación en España ya está en el nivel más alto de la zona euro con 11%, según la agencia de estadísticas Eurostat.
Zapatero indicó que él mismo va a pedir su comparecencia ante el Congreso para explicar las medidas para combatir la desaceleración económica y crear empleo.
Respecto a la inflación, dijo que España podría terminar este año por debajo de 4% si la tendencia más reciente de moderación de los precios del petróleo continúa. En agosto bajó a 4,9%, frente a 5,2% del mes anterior. Y respecto a la financiación autónoma que tiene pendiente el gobierno, reiteró que habrá un acuerdo positivo para todos.
El Ejecutivo aprobó el mes pasado un crédito de emergencia de 20.000 millones de euros para intentar evitar la recesión, además de 10.000 millones en rebajas fiscales y créditos de bajo costo previstos para 2008. Pero el gasto extra ha acabado con el superávit de las cuentas públicas y el ministro de Economía, Pedro Solbes, ya ha dicho que se ha agotado la capacidad de dar apoyo fiscal.
El gobierno debería reformar las leyes laborales y encontrar otros modos de impulsar la competitividad, que España está perdiendo desde que entró en la zona euro, aumentando su dependencia de la construcción, el crédito y el gasto de los consumidores, según analistas.
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