5 de diciembre 2019 - 11:05

Para Fitch, una quita o reducción de intereses "sería mejor para la calificación de Argentina"

En diálogo con Ámbito, Todd Martínez, Director de Latin America Sovereigns de la calificadora, analizó cuáles serán los principales desafíos económicos del gobierno de Alberto Fernández.

Según el analista, los “incentivos” del FMI están “algo alineados” con el nuevo gobierno, “a pesar de que ha sido más crítico que la gestión anterior”.

Según el analista, los “incentivos” del FMI están “algo alineados” con el nuevo gobierno, “a pesar de que ha sido más crítico que la gestión anterior”.

Imagen: Fitch Ratings.

A días de la asunción de Alberto Fernández, tanto el gobierno saliente como el entrante coinciden en que los desafíos económicos que deberá enfrentar la nueva gestión serán varios, pero uno de ellos primordial: la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los resultados de lo que se defina en este aspecto, (que no serán inmediatos, eso es seguro), impactarán de lleno en el programa económico de Fernández, en la obtención de divisas y la posibilidad de inversiones, y de la mano de esto, en la calificación de deuda soberana.

Para Todd Martínez, Director de Ratings Soberanos de Fitch para América Latina, la perspectiva de la nota para la deuda soberana local (actualmente CC) difícilmente se modifique en tanto no se avance en una renegociación. De visita en nuestro país, el analista se mostró expectante por conocer cuál será el Gabinete de Fernández. “Diciembre suele ser un mes convulsionado en Argentina”, dijo el norteamericano en un perfecto castellano durante una entrevista que brindó a Ámbito, en la que también se lamentó de no poder quedarse a ver el traspaso de mando y “el discurso desde el balcón”.

Según el analista, los “incentivos” del FMI están “algo alineados” con el nuevo gobierno, “a pesar de que ha sido más crítico que la gestión anterior”. Asimismo, respecto a los bonistas privados observó “difícil que haya un canje muy amistoso sin el aval del Fondo”, al tiempo que consideró que una quita o reducción de los intereses en la negociación de la deuda “sería mejor para la calificación de Argentina”.

Periodista: Desde la última modificación de la calificación de Fitch (primera semana de septiembre) a esta parte, hay nuevas autoridades del FMI y está por asumir un nuevo presidente, ¿cómo impacta esto en el análisis de la calificadora?

Todd Martínez: El cambio de autoridades del FMI para nosotros no está claro si significa algo concreto en términos del programa, sólo podemos especular qué está pensando el Fondo porque han sido muy callados, pero creo que los incentivos del gobierno entrante están más alineados con el FMI en esta coyuntura. Ya no le conviene al Fondo pedir un ajuste fiscal muy severo, sabe que no hay apetito político para eso, y no necesariamente sería económicamente deseable. Si no hay mucha suerte en el lado económico, por vientos de cola externos, tiene que haber un sacrificio de algún lado, y si no viene de un ajuste fiscal del gobierno probablemente tiene que venir de una quita de los bonos privados, así que tiene que haber alguna válvula de escape, eso sería lo más factible. En ese sentido vemos los incentivos del Fondo monetario algo alineados con el gobierno entrante, a pesar de que ha sido más crítico.

P.: Todos los analistas y el propio gobierno saliente comparten que la prioridad económica de Alberto Fernández será negociar con el FMI, ¿está de acuerdo?

T. M.: Va a ser algo muy interesante porque muchos tenedores de bonos están diciendo que no va a ser factible un canje si no hay un programa con el Fondo, algún acuerdo O entendimiento. Pero según ha dicho Alberto Fernández va a ir primero por el canje y después renegociar, que no necesita los fondos. Me parece difícil que haya un canje muy amistoso sin el aval del Fondo. A la vez puede suceder que el Fondo considere que el mejor plan para todo el mundo sea una quita, y si se renegocia antes, podría haber un incentivo, pero también si los acreedores saben que el Gobierno va a contar con los fondos del FMI, esto puede dar incentivo a los acreedores a empujar por un canje más beneficioso para ellos. Es muy incierta la secuencia.

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Todd Martínez, Director de Latin America Sovereigns en Fitch.

Todd Martínez, Director de Latin America Sovereigns en Fitch.

P.: Ahora bien, ¿cómo impacta todo este escenario en la calificación?

T. M.: En este momento nuestra calificación dice algo muy obvio para todo el mundo, es una calificación CC, lo que significa que es probable una de dos cosas: que el canje que quiere lograr el Gobierno sea un canje forzoso, o sea que es necesario para evitar un default que va a involucrar una reducción en los términos para los acreedores, pero también podría significar que antes de que se logre eso, haya un default. Algo más interesante va a ser qué pasa con la calificación después del canje, a dónde podría subir. Para nosotros un canje que involucre una quita o reducción de intereses, sería mejor para la calificación de Argentina, porque significa que van a salir con una hoja de balance mejor. Así que en este momento pensamos que con un canje un poco más integral, con mucho alivio para el Gobierno, sería una mejor calificación, pero en todo caso sería una calificación bien baja.

P.: Más allá de la deuda, ¿Cuáles son los desafíos del gobierno de Alberto Fernández en materia económica?

T. M.: Tiene tres cosas súper importantes para hacer y su secuencia no está clara, porque cada una depende de la otra, así que no sabemos cuál tiene que venir primero. Elaborar un plan económico bien claro, porque hasta ahora ha sido una incógnita. Creo que hubo más pistas respecto a cuál será su política exterior, que en su política interior y económica, y eso va a ser clave para cualquier exitosa negociación con los acreedores y con el Fondo. Pero también el Gobierno también debe tener una idea de cuánto financiamiento podría tener tal vez del Fondo, dice que no lo quiere pero también podría ser una fuente de financiamiento para elaborar ese plan económico. Esas tres cosas serían las más urgentes: elaborar el plan económico, la negociación con el FMI y con los bonistas. También obviamente es cómo sacar la economía de esta recesión, y eso va ser muy desafiante porque Alberto habla de un modelo basado en el consumo y esto requiere poner más plata en los bolsillos de la gente, pero sin un plan económico no está claro de dónde van a salir esos recursos, si de aumento de impuestos o de financiamiento del Banco Central.

P.: ¿Por qué no “llovieron” las inversiones durante el gobierno de Mauricio Macri?

T. M.: Hay dos motivos. Primero, la victoria de Macri fue un shock de confianza positivo para todo el mundo, pero sólo reaccionaron los inversionistas financieros, los inversionistas en activos fijos suelen tener horizontes mucho más largos y ser mucho más cautelosos a la hora de ver si se trata realmente de un punto de inflexión en las políticas o si es sólo un paréntesis en Argentina. Además, a pesar del entusiasmo que generó Macri, la economía argentina siguió con debilidades estructurales muy fuertes en términos de código laboral, impuestos, reglas del juego, y apertura comercial. Creo que mucha gente vino con mucho entusiasmo después de la sunción, pero cuando vieron los números se dieron cuenta de que no era rentable apostar por el país.

P.: ¿Cuál fue el análisis que hicieron en Fitch sobre las medidas económicas del gobierno de Macri luego de las PASO?

T. M.: Para nosotros ese giro en las políticas de Macri muestran que Argentina tiene un alto grado de riesgo político, no sólo porque con un cambio de gobierno hay un cambio en la política económica, sino porque suceden dentro de una misma gestión de gobierno.

P.: ¿La convulsión política que se vive en la región tiene algún impacto en las calificaciones de los países latinoamericanos?

T. M.: En este momento el riesgo político en América Latina no es algo que restringe la calificación, es un factor que ya está incorporado, aunque podría incorporar tendencias a la baja. Sólo en un caso hemos rebajado la calificación, en Bolivia hace tres semanas, no sólo porque pensamos que hay riesgo político y antes no, sino porque lo que pasó allí exacerbó una tendencia muy negativa en sus reservas internacionales. Así y todo sigue teniendo una calificación mejor que la calificación que tenía Argentina en los mejores años de Macri.

P.: ¿La decisión de Trump de reinstalar los aranceles al acero y el aluminio pueden incidir en las calificaciones?

T. M.: Está lleno de sorpresas el gobierno de Estados Unidos. Yo diría que este hecho de por sí no va a significar ningún cambio de la calificación, pero sí destaca algo importante de las calificaciones en todo el mundo y es que esa incertidumbre en materia de política comercial ha sido un bajón para el crecimiento en todo el mundo, especialmente para China, y eso tiene efectos en el crecimiento económico en el mundo entero. Así que indirectamente ese tema ya está restringiendo las calificaciones en todo el mundo. Yo no diría que el sector siderúrgico vaya a cambiar nuestras proyecciones en gran medida, pero sí aumenta la incertidumbre, y la volatilidad financiera.

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