La Argentina e Ilan Goldfajn iniciaron una nueva etapa en su complicada relación particular. Sabiendo que en parte la suerte de la futura relación de ambos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) depende del éxito (o que no fracase de manera antológica) el Facilidades Extendidas vigente desde marzo de 2022, el director gerente para el Hemisferio Occidental habló el miércoles con la flamante ministra de Economía Silvina Batakis.
Nueva etapa con el FMI: Silvina Batakis tomó contacto con Ilan Goldfajn y Kristalina Georgieva
La ministra y el director para el Hemisferio Occidental se comprometieron a defender el Facilidades Extendidas. Hubo advertencias del organismo.
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Además de las presentaciones de rigor y los deseos de buena fortuna de parte del brasileño-israelí, desde Washington llegó una promesa y una advertencia. La primera: Batakis tiene todo el apoyo del organismo para continuar hablando, discutiendo y, eventualmente, negociando algún objetivo monetario, financiero o fiscal con el FMI. La segunda: no hay alternativa de cambiar las metas pactadas de un déficit de 2,5% del PBI máximo, un punto de emisión monetaria y reservas acumuladas por u$s4.800 millones mínimas.
Eventualmente, si la Argentina demuestra buena fe y sólo por cuestiones vinculadas a los cambios en la economía mundial, se podrían analizar waivers puntuales en algunos números o porcentajes, pero recién en el primer trimestre de 2023. Antes, ni siquiera pueden ser temas de debate y conversación durante las próximas dos misiones del FMI, que se concretarán entre la última quincena de este mes y octubre; para controlar las cifras del segundo y el tercer trimestre del año. Goldfajn le aclaró a su interlocutora que cualquier otra alternativa ni siquiera puede tener audiencia ante el board del Fondo.
Para tranquilidad del director gerente, Batakis le dio el anuncio que quería escuchar: el Gobierno mantendrá inalterable el acuerdo negociado por Martín Guzmán, y continuará con el intento de aplicar las metas negociadas con el organismo y que el FMI aprobó el 25 de marzo pasado.
Todo esto fue confirmado ayer por la propia Kristalina Georgieva, que por la tarde informó vía Twitter que también había hablado ella personalmente con la nueva ministra, pero en términos más diplomáticos que técnicos. La funcionaria dijo a través de la red social que tuvo una charla “muy productiva” con Batakis, que se discutió la continuidad del programa, que se busca mirar para delante y lograr la “estabilidad económica y el crecimiento inclusivo” todo esto “en un mundo cambiante”.
Antes habló a la agencia Reuters, donde la directora gerente del FMI dijo que “el mundo está cambiando muy rápidamente, pero ella (por Batakis) se comprometió con los objetivos del programa y se comprometió a trabajar con el Fondo de forma constructiva para lograr estos objetivos”, y que el país se enfrenta a “un momento muy complejo, muy difícil” ante el que “el FMI haría lo posible para ayudar a las autoridades argentinas a hacer frente a la inflación”. Según la búlgara, “la ministra (...) entiende el propósito de la disciplina fiscal y también entiende que si se quiere ayudar a los pobres no puede ser en condiciones de inflación galopante”. A la pregunta de si Batakis impulsaría cambios en el programa del FMI, Georgieva sostuvo que Guzmán también tenía puntos de vista diferentes a los del fondo en ocasiones y que era importante llegar a un consenso explorando diferentes opciones. “Tenemos que tener claro que a veces son necesarias acciones dolorosas para cosechar los beneficios de estas acciones”, planteó.
Con la nueva relación directa con Goldfajn, el funcionario y el país inician una nueva etapa en la breve pero intensa relación que mantienen desde que asumió, en febrero pasado. Recibió el mandato directo de parte del board de hacerse cargo del caso argentino, negoció el Facilidades Extendidas casi de manera personal, le dejó en claro al país en la reunión de primavera del organismo en Washington que sería su fiscalizador particular y fue quién se concentró en tomar examen a Guzmán ante la marcha del acuerdo y la aprobación de las metas del primer trimestre. Ahora comenzará a transitar el sendero para armar una buena relación con Batakis, replicando la que tuvo con el exministro. El director gerente para el Hemisferio Occidental mantendrá así su rol de calibración de las misiones que protagonizan su número dos, Julie Kozack, y el encargado del caso argentino, Luis Cubeddu.
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