17 de enero 2022 - 00:00

Sin pago en marzo, el Gobierno tendría hasta seis meses más para negociar con el Fondo

FMI cara Kristalina Georgieva y Martín Guzmán
Ambito (Reuters)

Si bien Argentina tiene la fecha clave y límite del 30 de marzo para entrar en incumplimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ese día no necesariamente caería en default. Según el estatuto del organismo que maneja Kristalina Giorgieva, no pagar los aproximadamente u$s4.080 millones del primer vencimiento importante del Stand By firmado por Mauricio Macri (3.567 millones de capital y unos 472 millones de intereses); y se abriría entre las partes un período de crisis que duraría seis meses, hasta que oficialmente se determine que Argentina ingresó en default con el Fondo.

Esto implica que hasta el 30 de septiembre habría tiempo para continuar el dialogo. Durante ese tiempo, el deudor tendría tiempo para cumplir o, en este caso, a seguir negociando un Facilidades Extendidas. En este plazo, Argentina no quedaría tampoco imposibilitado de recibir dinero desde el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID); pero sólo de programas y créditos ya otorgados. No podrá pedir dinero extra.

Sin embargo, si se llegara a la instancia de no haber firmado aunque sea una Carta de Intención con el Fondo y se abriera ese período de seis meses hasta fin de septiembre; las principales consecuencias serían dos: en esas circunstancias el país no podría pedir ningún tipo de prebenda mínima que pueda otorgar el FMI a través de sus negociaciones con el equipo técnico o el board y, además, caería en default con el Club de París.

En el primer caso, Argentina tendría que renunciar a la posibilidad (hoy, por cierto, algo remota), de lograr una reducción de los sobrecostos de las tasas de interés que caen en los países que renegocian su deuda con el FMI. Martín Guzmán viene buscando desde hace tiempo que el board del Fondo aplique para el Facilidades Extendidas argentino, una tasa de 1,05% en lugar del 4,05% que cae en este tipo de acuerdos.

Sería una decisión que sólo podría lograrse si existiera apoyo de los Estados Unidos en el directorio del FMI, una carta que se jugará por última vez esta semana, cuando el canciller argentino Santiago Cafiero se reúna con el secretario de Estado norteamericano Antony Blinken. De no cumplirse el pago de marzo, Argentina no tendría ya tampoco mayores herramientas para discutir con el staff técnico del FMI, quién tendría manos libres para exigir un ajuste clásico sin necesidad de comprometer flexibilidades desde el organismo.

La norteamericana Julie Kozac y el venezolano Luis Cubeddu, verían “salvada” su tarea ante el complicadísimo caso argentino, dado que el país ingresaría en un status de incumplidor serial y de rebeldía ante las negociaciones que encabezan la directora adjunta y el encargado del caso argentino. Las consecuencias de esta posición serían que para que hubiera un Facilidades Extendidas luego de marzo, el FMI podría imponer ajustes aún mayores a los actuales, y que retrasan la llegada a un acuerdo.

La otra consecuencia de no firmar el Facilidades Extendidas antes de marzo, sería aún peor ante los ojos financieros internacionales. En abril, y hasta que no se renegocie un acuerdo con el organismo; el país ingresaría en default con el Club de París. Ese mes vence el “Puente de Tiempo” negociado por el ministro de Economía en julio pasado, por el cual los países acreedores esperarían a que el país termine de diseñar y firmar un acuerdo con el Fondo para acordar un plan de pagos por la deuda de unos u$s2.100 millones que se mantienen con el Club. Actualmente el reclamo por la deuda con los estados acreedores agrupados en este último organismo se mantiene suspendida, hasta el esperado “final feliz” con el FMI.

Argentina debe al Club unos u$s2.000 millones más los intereses acumulados en los últimos seis meses (algo más de 100 millones), luego de que se liquidaran el 31 de julio unos u$s430 millones cash. Ese pago había sido presión de Japón, uno de los acreedores, país que para aceptar firmar el “Puente de Tiempo”, exigía que hubiera una liquidación de buena voluntad por parte de Argentina.

En aquellos tiempos Japón exhibía si mala vibra al contabilizar que a China no se le suspendían los pagos y a los acreedores del Club sí. Esos u$s2.100 millones de deuda podrían ser renegociados con el organismo, siempre que Argentina cuente con un acuerdo (aunque simbólico) con el FMI. Sin esta condición, el acuerdo pactado por Guzmán con los países acreedores (el “Puente de Tiempo”), caerá y la deuda sería exigida para ser liquidada en efectivo, algo que Argentina no está dispuesta a hacer.

Dejá tu comentario

Te puede interesar