25 de febrero 2022 - 00:00

Ucrania suma tensión en otro frente: el préstamo que mantiene con el FMI

El país tiene un crédito vigente por unos u$s11.600 millones. El actual acuerdo con el organismo financiero fue firmado en diciembre de 2019.

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El Fondo Monetario Internacional (FMI) vive una situación compleja: no sólo está cerrando la difícil relación con la Argentina negociando un stand by por unos u$s44.700 millones, sino que uno de sus mejores deudores en cuanto a su comportamiento económico, entró ayer en una crisis seria. Ucrania es el tercer deudor para el organismo internacional que maneja Kristalina Georgieva, con un préstamo vigente por unos u$s11.600 millones; y con un cumplimiento absolutamente prolijo durante los años que tiene en vigencia. Con el conflicto desatado desde ayer por la invasión rusa en territorio ucraniano, se pone el riesgo el stand by vigente, y las posibilidades que Ucrania pueda cumplir ahora en tiempo y forma con las liquidaciones comprometidas. Ucrania suma el 5%, y, luego de Argentina y de Egipto (este último con una deuda de u$s17.000 millones), es el tercer deudor con el organismo.

El acuerdo vigente entre el estado y el organismo fue firmado en diciembre de 2019, y debe renegociarse en diciembre de este año para extenderlo por un período extra de tiempo; en negociaciones que ya habían comenzado a cruzarse entre el gobierno de Volodimir Zelenski y la conducción de Kristalina Georgieva. En el momento de la firma, la directora gerente del FMI había señalado que el Fondo había encontrado “un progreso impresionante” logrado por el Gobierno ucraniano en los últimos meses “en la promoción de las reformas y la continuación de las políticas económicas sólidas”. En la firma, el jefe de Estado ucraniano calificaba de “constructiva” la conversación con Georgieva y el FMI, y apuntó que “el nuevo programa de cooperación con el Fondo Monetario Internacional tendrá como objetivo acelerar el crecimiento económico, erradicar de manera activa la corrupción y aumentar el bienestar de todos los ucranianos”. A principios de septiembre, el Banco Nacional de Ucrania comunicó que el Gobierno del país liquidó por completo su deuda ante el FMI en el marco del Acuerdo de Derecho de Giro (Stand-By) de 2014; con lo que renovó sus créditos con el organismo, en este caso sin pasivos anteriores.

La curiosidad del acuerdo, es que en el momento de ser debatido por el board del FMI, tuvo apoyo total de los Estados Unidos, los países la Unión Europea y hasta China. Sin embargo, había recibido el voto negativo de Rusia; quien cuestionó en diciembre de 2019 los números de la economía ucraniana y, fundamentalmente, el destino que le daría a ese dinero. Acusaba ya Rusia en estos tiempos que los dólares aportados por el FMI iban a ser destinados a liberar divisas para adquirir armamento.

El gobierno de Vladímir Putin no pudo frenar el otorgamiento del nuevo Stand By vigente, ya que detenta el 2,7% de las acciones en el FMI. El voto a favor trepó al 96%, con el aval de Estados Unidos, Alemania, Japón, Canadá, Reino Unido, Italia, Francia, China, los países árabes y los latinoamericanos y africanos.

Se supone que desde junio, las partes se reunirían formalmente para volver a negociar la vigencia del Stand By, y que se firme un nuevo acuerdo por unos u$s6.000 millones que garanticen el cumplimiento de la deuda externa privada de Ucrania; un nivel de dinero que sólo podría otorgarse en situaciones normales con un país en crecimiento y variables macroeconómicas estabilizadas. De hecho, según los números del propio FMI, para este año Ucrania tenía garantizado un crecimiento de 3,5%, un porcentaje que le permitiría una negociación con el organismo exitosa y rápida. Sin embargo, el nivel que se supone tendrá el riesgo país ucraniano y la evolución de la tasa de interés que debería pagar por su deuda, complicarían la negociación. Será el momento en que el board del FMI determine si Ucrania requiere un apoyo político/ financiero extra, o se le aplicarán las normas que se imponen en el estatuto del FMI.

Ucrania es socio pleno del organismo desde 1992. En total cerró seis acuerdos con el organismo, y cumplió con las pautas comprometidas en todos ellos.

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