Pese a que todas las miradas están puestas en el sendero fiscal, la meta más “exigente” acordada con el staff del FMI es la monetaria, según los analistas. La emisión deberá bajar del 3,7% del PBI en 2021 al 1% en 2022, y llegar al 0% en 2024. El año pasado, el 75% del déficit se financió con emisión y el 25% con el mercado local, mientras que ahora esa proporción deberá ser del 40% vía emisión, con un déficit fiscal primario estimado en 2,5% del PBI.
FMI: con un sendero fiscal gradual, la meta más exigente es la monetaria
La emisión monetaria deberá ser del 1% este año, contra 4,6% en 2021 (contabilizando DEG); el año pasado, el 75% del déficit se financió con el Banco Central, lejos de los objetivos del financiamiento neto con el mercado local de capitales.
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Todas las miradas estaban puestas en la definición acordada en cuanto al sendero fiscal, luego de que el ministro de Economía, Martín Guzmán, revelara que era la principal traba en la negociación. Argentina pedía llegar al déficit cero en 2027, mientras que el FMI solicitaba llegar en 2023. En el entendimiento, acordaron: déficit fiscal del 2,5% del PBI para 2022, 1,9% en 2023, 0,9% en 2024 y déficit cero para 2025.
“En 2022 habrá que ajustar, pero las metas fiscales son bastante laxas si las comparamos con otros programas de facilidades extendidas recientes firmados por el FMI”, escribió en redes Francisco Ballester, director de Mindy-economics. En el programa firmado con Costa Rica en 2021, el país acordó con el FMI llegar al déficit cero este año, mientras que Kenia firmó converger en 2023.
El punto de partida para llegar a un déficit fiscal del 2,5% del PBI en 2022 fue el 3% del 2021, aunque a ese dato aportó 0,5% el aporte extraordinario de las grandes fortunas, que fuentes dentro del Gobierno aseguran que no volverá a repetirse, pese al reclamo de un sector de la coalición. En tanto, el gasto Covid en 2021 fue de 1% del PBI, que podría no requerirse este año.
Pese a la sequía, y el menor ingreso por retenciones, dentro del Gobierno creen que la meta es “realizable”. En el gabinete económico esperan mayor consumo y generación de empleo por el crecimiento de la actividad, siendo el IVA y las contribuciones patronales los dos impuestos que generan mayor recaudación.
Por el lado de los gastos, está prevista la segmentación en las tarifas públicas. Los subsidios a la energía representaron en 2021 el 2,3% del PBI, el mayor gasto después de las jubilaciones, según Iaraf. De todos modos, la consultora Delphos Investment calificó la meta como desafiante: “El aumento de tarifas requerido para reducir subsidios tiene que ubicarse muy por encima de lo anunciado”. Está previsto un aumento del 20% en luz y gas y la segmentación para 500 mil usuarios del AMBA.
Meta monetaria
El acuerdo con el staff del FMI plantea bajar el financiamiento monetario al Tesoro al 1% del PBI este año. En el 2020, con la pandemia, había sido del 7,3%, y en el 2021 fue de 3,7% (4,6% si se contabilizan los DEG). Para 2023, el Gobierno acordó con el FMI una meta del 0,6%, y para el 2024, del 0%.
“La meta es exigente”, definió Alejandro Vanoli, expresidente del Banco Central. Para el economista, para poder converger a esos valores, deberán cumplirse varias variables: que la recaudación se mantenga elevada, que el programa genere “credibilidad”, y que haya “tasas reales positivas” para obtener financiamiento del mercado local. Para el economista, la meta monetaria fue “más dura” que la fiscal: “Si bien el FMI reconoce que la inflación es multicausal, tiene una visión monetarista”.
De todos modos, opinó que podría faltar más financiamiento, además del mercado local y el 0,9% del PBI de otros organismos internacionales: “Está implícito que otro tipo de financiamiento vas a tener en el mercado internacional, no una avalancha, pero el riesgo país podría bajar y podría haber alguna oportunidad”. Para Vanoli, un factor a monitorear será la suba de tasas de interés de Estados Unidos, que implicará un menor flujo de capitales a países emergentes.
En 2021, el déficit se financió en un 70% con emisión. Con la meta de emitir el 1% del PBI, y un déficit fiscal del 2,5%, el financiamiento deberá ser del 40% vía emisión, según Leandro Ziccarelli, economista del CEPA. “La meta para 2022 luce agresiva, pero está en el marco de lo posible”, afirmó.
Los motivos por los cuales cree que puede lograrse son: “En el 2021 se consiguió un 1,5% del PBI en financiamiento en el mercado local con tasas reales negativas. Si el mercado ve que corregís las tasas, no hay atraso cambiario y vas a una convergencia fiscal, te va a bañar en pesos, más que los bancos están desarmando pases”. Para Ziccarelli, se deberá subir más la tasa, dado que consideró que puede hacerse sin impactar en el sector productivo.
Además, el economista consideró que el “mayor desafío” es el fiscal. “Si llegás a los números de déficit fiscal que pide el FMI, lo financiero se va a ordenar”. Para este año, cree que no habrá mayores desafíos: “Con tarifas, segmentación, crecimiento, inflación, menos gasto Covid y de empresas públicas, vas a llegar tranquilo”, concluyó.
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