En el marco del anuncio de las medidas que tomará el Gobierno para bajar el precio de la carne en línea con el Programa Precios Justos, el ministro de Economía, Sergio Massa, prometió eliminar el régimen que desalienta la exportación de la materia prima cuero salado y, desde distintos sectores relacionados a la cadena de valor del cuero y sus manufacturas (que va desde la curtiembre hasta zapateros y marroquineros) denuncian que esto va en contra del desarrollo del sector.
La industria del cuero pide dar marcha atrás con una medida que busca bajar el precio de la carne
Sergio Massa prometió quitar el derecho de exportación al cuero crudo, pero el sector advierte que eso pone en peligro la cadena de agregado de valor de ese insumo.
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Esa medida implicaría la derogación de la Resolución 537/1992, que aplica un arancel del 10% (antes del 2015 era del 15%) a la venta al exterior de cueros salados con el fin proteger al sector curtidor, una “industria centenaria, típica del país, que ha llegado a exportar u$s1.000 millones hace unos diez años”, según informa en una nota que apunta a generar consciencia sobre este problema en el Gobierno y la sociedad.
“Nosotros necesitamos que los cueros se procesen acá y, para ello, estamos pidiendo que no se levante la medida”, reclama en diálogo con Ámbito Daniel Argentino, presidente de la Asociación Curtidora de la Provincia de Buenos Aires (ACUBA), una de las entidades que suscribe la carta.
Una medida muy discutida por el gobierno de Macri
Y explica que, en junio de 2020 y hasta el 31 de diciembre de ese año, fundamentado en la Pandemia de Covid 19 y la excepcionalidad del comercio mundial, el Gobierno nacional autorizó la exportación de cueros salados con el pretexto de reducir el valor de la carne para los consumidores, pero aseguran que no se logró el fin deseado.
“No entendemos por qué se toma esta decisión ahora porque, en la gestión actual, no nos pasó nunca. En cambio, durante el Gobierno anterior, Luis Etchevere, primero como presidente de la sociedad rural y, después, como ministro de Agricultura, siempre quiso derogar esa medida. Pero, cada vez que intentaba voltearla no lo conseguía porque lográbamos hacer contrapeso demostrando la importancia del sector”, cuenta Argentino.
Tal es así, que, cuando concluyó el gobierno y Etchevere se fue del cargo, firmó la liberación del derecho de exportación a 12 millones de cueros. Pero esta gestión lo restituyó.
La nota, firmada por 13 entidades, entre las que se encuentran distintos sindicatos de la industria del cuero y afines, del calzado y marroquineros del país, así como por las cámaras de las industrias curtidoras, manufactura del cuero, sostiene que “el cuero solo representa el 1,7 % del precio del ganado” y denuncia que “esta medida va contra el principio de agregado de valor por parte de la industria nacional”.
Asimismo, Argentino señalan que, en 2022, con el derecho a las exportaciones de cuero vigente, igualmente, el 50% de los cueros crudos se vendieron al exterior. Sostiene, entonces, que, al Gobierno, además, tributariamente, lo beneficia cobrar ese impuesto. “El año pasado, lo cobraron sobre 6 millones de cueros. Esa plata no le ingresaría más”, indica.
Según el sector, el anuncio oficial está dando lugar responde a “un viejo reclamo de la industria frigorífica orientado a reprimarizar la economía, volviendo a los tiempos de la colonia”, que se disfraza tras los argumentos de que medidas como estas lograrán que los consumidores argentinos accedan a la carne vacuna a menor precio.
“Hay sectores que están presionando para esto aprovechando la coyuntura, sin dudas, pero, si volvemos a exportar los cueros salados, no hay garantía de que se bajen los precios de la carne”, denuncia Argentino.
Una medida que protege el agregado de valor
El representante sectorial describe que el impuesto a ese tipo de exportaciones protege a la cadena del cuero de la competencia feroz que le plantean los dos grandes oponentes que tienen los curtidores en el mundo: China, por un lado, “contra quien no podemos competir ni en volumen, ni en precios”, y, por otro lado, Italia, porque el sello ‘made in Italy’ hace que el cuero argentino valga el doble (tanto por la tradición de la industria curtidora Italiana, como por una marca país asociada a la moda y porque los europeos que consumen cuero tienen esos productos más cerca).
Y resalta la importancia de cuidar el valor agregado local. “Los países civilizados no exportan materia prima sin antes transformarla localmente, de lo contrario, estarían creando ocupación en el país comprador y desocupación en el país en el país exportador. No exportemos cuero, exportemos zapatos", reza la carta.
De hecho, la cadena de valor cuero y sus manufacturas, que ha llegado a producir el año pasado 100 millones de pares de zapatos y millones de unidades de artículos de marroquinería, talabartería y manufacturas de cueros.
“El sector curtidor es el primer perjudicado, pero después hay una cadena detrás, que involucra a fabricantes de calzados y marroquineros. Ellos van a tener que empezar a comprar los cueros en el exterior si no se procesan en el país”, advierte Argentino.
Y señala que no pierden la esperanza de que el Gobierno los escuche y los atienda el ministro Massa para rever la medida. Sobre todo, teniendo en cuenta que, en el sector curtidor, trabajan unas 12.000 personas hoy y, en la cadena completa, más de 50.000, ya que, si bien la curtiembre es un sector que consume poca mano de obra, el del calzado y el marroquinero insumen mucha y más del 40% de esas industrias utiliza cuero.
“Cincuenta mil puestos de trabajo no pueden perderse, por ir en búsqueda de un incomprobable e irrisoria disminución del precio de la carne. Sin trabajo, sin ingresos, nadie concurre al supermercado. Solicitamos del Ministerio de Economía de la Nación, que las medidas anunciadas no sean puestas en vigencia, las consecuencias de hacerlo serán irreparables”, concluye la nota que presentaron desde el sector las 13 entidades que lo integran.
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