8 de diciembre 2025 - 00:00

La inflación le da la vía libre a la baja de tasas (pero los bonos desconfían y las tasas largas suben)

La FED bajó las tasas en septiembre y en octubre. No hay nada en el informe de precios que sugiera que se trató de un error. La inflación interanual – según precios al consumidor – se ubicó en 3% en septiembre. 2,8%, conforme al deflactor. Es alta, pero no se acelera.

Jerome Powell, titular de la FED.

Jerome Powell, titular de la FED.

La FED se congrega este martes y miércoles. Después de bajar las tasas en septiembre y octubre, ¿la tercera será la vencida? Jerome Powell, su presidente, alertó ni bien concluyó el último mitin: “Tenemos fuertes diferencias de opinión sobre cómo proceder en diciembre. Una nueva reducción de tasas en la reunión de diciembre no es un resultado asegurado”. Los halcones, uno por uno, hicieron saber luego sus objeciones. Schmid, Collins, Musalem, Goolsbee, Logan, Hammack, Bostic, todos ellos altos funcionarios, los cuatro primeros munidos de voz y voto, expusieron en detalle las razones que aconsejan una pausa. Y la baja de tasas pareció escabullirse. Hasta que, en plena zozobra de los mercados, John Williams, quien maneja la FED de Nueva York, le dio un fuerte espaldarazo. ¿Qué dicen hoy los futuros de tasa? Un recorte de un cuarto de punto es su escenario favorito: 87% probable. Los mercados de apuestas arriesgan hasta 94%. No dudan de la existencia de graves diferencias de opinión. Confían en que Powell sabrá arrearlas hasta lograr una decisión consensuada. Las dudas se corrieron hacia lo que viene después. Sobre todo, después de Powell.

Williams dio vuelta la taba. No solo cambió en el aire las expectativas del curso de la política monetaria. Wall Street estuvo al borde del ataque de nervios. Y el viernes quedó al borde de los récords. Pero, quién es Williams para ejercer una influencia tan decisiva. Nunca fue así. Su predicamento deriva del silencio absoluto de Powell (y del contrapunto con un horizonte discursivo copado por halcones). ¿Williams habló por Powell? Ya lo dijimos: Wall Street no tiene pruebas. Pero tampoco tiene dudas. Es su alter ego para la ocasión. Powell se reserva así la última palabra para sacar a flote una reunión muy difícil. Debe alumbrar una decisión que pueda hacer suya (o sea, que no cuestione su liderazgo) y refleje la tradición de la institución de resolver por consenso. El desafío principal de la conducción es conservar la credibilidad de la FED intacta, como hasta el presente, cuando la Administración Trump no ceja en sus afanes de tomarla por asalto.

En rigor, la FED es data dependiente más que dependiente de Powell. Habló Williams y cambió las expectativas. Pero luego calló, y discurrió la data. Lo importante es que la data no lo contradijo. Estados Unidos destruyó 32 mil puestos netos de trabajo en el sector privado en noviembre, reza el informe ADP. O quizás fueron 9 mil, según la métrica de Revelio Labs. ¿Pero qué señala la fuente más exhaustiva, el informe mensual oficial? No se pudo recopilar por culpa del “shutdown”, el cierre parcial del gobierno. En todo caso, cualquiera de las dos cifras justifica un recorte de tasa por prevención. El análisis se complica, sin embargo, cuando se advierte que las solicitudes iniciales del seguro de desempleo se contrajeron a apenas 191 mil en la última semana disponible. Es un registro irrisorio, el más modesto desde septiembre de 2022. Desde 1970 es solo la novena vez que se ubica por debajo de los 200 mil. Comparado con el promedio móvil de las cuatro semanas previas se trata de una caída de 14,8%. Son dos versiones antagónicas acerca de la salud del mercado de trabajo. ¿En cuál apoyarse? Debido a su volatilidad, lo más lógico es desconfiar del dato puntual de los subsidios por desempleo. Bastará con dejar transcurrir un par de semanas para corroborar su veracidad. El problema es que no hay tiempo. La FED resolverá un día antes de que se publique la próxima lectura.

Los halcones no niegan que las condiciones laborales se debilitaron. No obstante, saben que la economía sostiene igual su pujanza. El sector de servicios creció con inusitado vigor en noviembre, coinciden los informes PMI de ISM y S&P Global. La economía se expande a un ritmo cercano a 2,5% en el cuarto trimestre, afirma S&P Global. Y la demanda de servicios se aceleró en noviembre. Lo que irrita a los halcones es la inflación. Que la medición preferida por la FED, la variación del deflactor de consumo, haya sido menor a lo esperado fue un dato valioso que se conoció el viernes. Aunque corresponda a septiembre, demorada su difusión por el bendito “shutdown”. La inflación general marcó un avance de 0,3% y la versión núcleo, 0,2%. Lo mejor fue la sorpresa de la mediana: apenas 0,1%.

La FED bajó las tasas en septiembre y en octubre. No hay nada en el informe de precios que sugiera que se trató de un error. La inflación interanual – según precios al consumidor – se ubicó en 3% en septiembre. 2,8%, conforme al deflactor. Es alta, pero no se acelera. Y se ubica un par de décimas por debajo de la estimación que tenía el banco central en sus últimas proyecciones. Que, como se sabe, contemplaban una tercera baja de tasas en diciembre. Es decir que a los halcones no se les pide que hagan una concesión especial que no estuviese ya en la agenda.

Habló Williams, habló la data y hablaron los mercados. Wall Street enterró el temor de caer víctima de un resbalón. Se olvidó de la corrección, y se acordó de lo cerca que merodean los récords. El índice S&P 500 se detuvo el viernes a 0,3% de los máximos. A media mañana, su envión amenazó llevárselo puestos con facilidad. Pero pisó el freno y reculó en el margen. La Bolsa no tiene objeciones; pero los bonos, sí. ¿Cambió su percepción? La tasa de diez años apuntó a perforar el umbral de 4% ni bien escuchó el guiño de Williams. Es una obsesión que se frustró repetidas veces en octubre. Y la oportunidad vuelve a negarse. Pero lo peor vino trascartón: la suba punzante de jueves y viernes la elevó a 4,14%. El canal bajista que las tasas largas respetan desde abril está a punto de ser rebasado en alza. ¿Qué pasó? La incógnita sobre la inflación era una buena excusa el jueves, pero el viernes se despejó sin trauma. Y no se produjo ningún alivio. ¿Cuál es la queja de los bonos? ¿Teléfono para la FED, acaso? Que mientras se alista para la baja de tasas cortas, observa cómo las tasas largas cancelan la suya y, sin mediar preaviso, ascienden con rapidez.

¿O suena el teléfono para la Administración Trump? La idea de anunciar el nombre del reemplazante de Powell al frente de la FED finalmente abortó. Quedó para enero. Kevin Hassett, el consejero económico del presidente (¿en verdad aconseja o es al revés?), es el candidato que los rumores machacan. Es un globo de ensayo que el establishment – incluyendo a grandes inversores institucionales de renta fija – intenta pinchar a tiempo. Nadie está convencido de que Hassett dé la talla. ¿Esa es la razón de la rebeldía de los bonos? ¿O es la decisión que alienta el Banco de Japón de elevar sus tasas? Las tasas largas están subiendo también allá, y de prisa. A decir verdad, casi se duplicaron en lo que va del año, de 1,03% a un máximo de 1,95%. ¿Estamos en la antesala de un peligroso desarme del carry trade internacional? Es imposible descartarlo. Sin embargo, es difícil creerlo. Treparon durante todo el año y no se evidenció ninguna turbulencia fuera de Japón.

Teléfono para el secretario del Tesoro, Scott Bessent, pues, que es quién puede atender la llamada. De poco sirvió infiltrar a un troyano en la FED – el gobernador Stephen Miran – quién solo aporta notas de color con sus repetidas declaraciones a favor de recortar las tasas en medio punto. Nadie las tiene en cuenta a la hora de formatear la política monetaria. Si la idea es entronizar a Hassett – o a Kevin Warsh – y controlar la toma de decisiones de la FED tampoco será de utilidad. Aún si se tiene “éxito” en forzar más bajas de tasas, lo que no será sencillo. Bessent bien sabe que se precisa que las tasas largas acompañen. O, por lo menos, que hagan mutis por el foro. Queda claro que lo importante de la reunión del miércoles no es cómo cierra 2025 sino cómo se vislumbra lo que viene después. Powell acercará un boceto tentativo en el nuevo mapa de puntos. Pero nadie ignora que él tiene fecha de vencimiento en mayo. Lo que los bonos revelaron es que pueden empezar a fastidiarse temprano. Y esa sí es una novedad importante.

Dejá tu comentario

Te puede interesar