«La posibilidad de un paro no está lejana», decía ayer a este diario Néstor Roulet, ganadero de Córdoba y vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas. «Estas medidas tomadas por el gobierno llegaron tarde y no benefician a todos por igual en la ganadería», indicaba el dirigente, que no descarta que en el seno de su entidad, el miércoles próximo pueda decidirse alguna medida de fuerza. «No hay que descartar nada. Desde el gobierno se insiste con las medidas coyunturales mientras hace falta un plan ganadero», indicaba.
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Es que un día después de conocerse detalles de la medida decidida por Economía, los ganaderos ajustaron sus definiciones. De hecho, muchos ganaderos que producen en el interior del país, por caso en Santa Fe o Chaco, han coincidido en que «los productores que mantuvieron los novillos gordos en sus campos estos meses han perdido mucha plata». De esta forma, se plantea hoy, como nunca, una división clara entre los productores de las diferentes zonas ganaderas y la dirigencia del campo que opera desde la Capital. El malestar continúa entre los ganaderos y así lo plantean reuniones internas de diversas entidades que se realizarán a partir de hoy y hasta el fin de semana en Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Corrientes.
«La medida llegó tarde porque la vaca conserva se vende antes del invierno. Hoy entre 60%/70% de esos animales ya fueron vendidos», decía Roulet, un referente de los ganaderos del centro del país. «El 90% de los tamberos llevó sus novillos a más de 300 kilos y los vende en el mercado interno», indicaba. Esos animales generaron una sobreoferta que aplastó el precio del novillo en el mercado. Por caso, la plaza de concentración de Liniers registra, según su índice, un recorte de 7,5% en sólo un mes y una pérdida de 35% en seis meses.
«Vamos a llenar el mercado de terneros», dicen los productores y advierten sobre la escasez que podría generarse en 5 meses.
Beneficiados
Algunos productores indican también que «los feedloteros nunca compraron a menor precio la reposición». Otros indican que los grandes beneficiados con las medidas del gobierno son «los invernadores y los frigoríficos que compran las vacas a precio bajo, primero porque no tenían mercado y ahora porque habrá sobreoferta».
Los productores disconformes sostienen también que «las medidas generan incertidumbre porque se nos dice que serán por 60 días prorrogables por otros 30 días, pero si los precios en la góndola aumentan, se revertirán o analizarán nuevas medidas».
«En julio se decide la campaña y si los números no cierran pese a los datos erróneos que algunos insisten en difundir, el productor se volcará a la agricultura y comenzará a desaparecer la ganadería», coinciden varios dirigentes del interior que se comunicaron con este diario.
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