Llegan al millón nuevos jubilados que no aportaron
Tanta repercusión tuvo la moratoria lanzada por el gobierno para poder jubilarse aun sin aportes, que la ANSeS está colapsada. La clave pasa porque el interés de quienes hoy están en condiciones de jubilarse va en aumento a medida que se conoce en detalle la normativa: antes de las elecciones llegarían al millón. Como siempre sucede en estos casos, muy amplios y generalizados, beneficia a quienes realmente lo necesitan y que trabajaron en negro por la errónea política de los últimos gobiernos en materia laboral (altas cargas impositivas a empresas, indemnizaciones desorbitadas, por ejemplo). Alcanza también a quienes no trabajaron y que ni siquiera necesitan el haber previsional hoy. Hay margen para que el Estado pueda hacer frente a estos pagos, pero dependerá del total de personas que adhiera y, lógicamente, de que no haya un cambio en la bonanza internacional que motoriza la economía.
-
Qué puede pasar si el riesgo país perfora el piso de los 1.100 puntos
-
Hito en Wall Street: el S&P 500 superó por primera vez los 5.800 puntos
Los nuevos regímenes enmarcados en la Ley 25.994 brindan la posibilidad de acceder a la jubilación vía moratoria o bien, para quien se encuentra desempleado, solicitándola anticipadamente, sin haber cumplido con los 30 años de aportes requeridos. Se exige, eso sí, haber alcanzado la edad de retiro. En ambos casos se paga la primera cuota de la moratoria, se puede acceder a la jubilación y ya comenzar a cobrar el beneficio al que se le irá descontando la cuota del plan de facilidades de pago. Pero en ningún caso se cobrará menos que la mínima, hoy en $ 470, y a partir de 2007, de $ 530.
Hay que contemplar, además, que la Ley 24.476 permite también a los trabajadores autónomos solicitar la jubilación automática (hasta por Internet) adhiriéndose a la moratoria.
Para este año, la ANSeS estima un total de 795.746 nuevos expedientes jubilatorios, de los cuales 377.476 corresponden a solicitudes normales y 418.270 a los nuevos regímenes de moratoria y jubilación anticipada.
Esto implica que la iniciación de los expedientes previsionales experimentará un crecimiento de 55,3% respecto del año pasado y más de 145% contra la cantidad registrada en 2004.
Más allá de las consideraciones lógicas de brindar cobertura a un segmento de la población que por diversas causas quedó marginado del mercado de trabajo y no logra cumplir con los años de aportes, surgen especulaciones sobre los fines electorales de los nuevos regímenes.
Por eso no asombra que el gobierno haya decidido prorrogar la adhesión a la moratoria y a la jubilación anticipada por desempleo que vencía el próximo 15 de enero para el 30 de abril de 2007, en medio de la campaña electoral con vistas a las elecciones de octubre.
Desde el punto de vista fiscal, por lo menos hasta 2007 las cuentas públicas podrán soportar el mayor gasto en jubilaciones. Economistas de FIEL estimaronque con un nivel de adhesiónde sólo 30% de la poblaciónobjetivo, el costo rondaría entre 2.400 y 3.300 millones de pesos el año próximo, que al cabo de cinco años treparía a 4.300 millones.
El alto ritmo de adhesión a la jubilación anticipada y sobre todo a la moratoria previsional es el que ha provocado preocupación por la sustentabilidad del superávit fiscal en el próximo gobierno. En realidad, los regímenes lanzados con tanta participación blanquean una situación que tarde o temprano impactaríaen las cuentas fiscales. Ocurre que todas aquellas personas que tras la reforma previsional de 1994 y las sucesivas crisis económicas quedaron fuera del mercado laboral y no pudieron cumplir con los requisitos para jubilarse, en un futuro cercano terminarían solicitando alguna cobertura al Estado. También se sumarán aquellos afiliados al sistema de reparto y a las AFJP que figuran como aportantes irregulares. En la actualidad, menos de la mitad de los afiliados a las AFJP aportan regularmente. Todo esto es un costo fiscal que tendrá que soportar la sociedad, vía mayor carga impositiva.
Dejá tu comentario