24 de septiembre 2007 - 00:00

Lo que no se entiende del nuevo INDEK

El gobierno insistió con la necesidad de cerrar acuerdos de precios para controlar la inflación y, en casi todos los casos en que se trataba de los alimentos y las bebidas, éstos se acordaron con los grandes supermercados. Hubo hasta actos con la Casa Rosada como marco. Ahora, en el nuevo índice de precios al consumidor que se le está armando a Cristina de Kirchner para enero, se cambia la estrategia. La influencia de las cadenas se reducirá a su mínima expresión y aumentará la de los pequeños y medianos comercios. Se justificó en que los súper sólo concentran 20% de las ventas. La pregunta entonces es: ¿para qué hicieron acuerdos con los hipermercados, si ahora descubren que no tienen incidencia en los precios?.

Ana María Edwin
Ana María Edwin
El Indice de Precios al Consumidor (IPC) se medirá desde enero tomando más en cuenta los precios de los comercios minoristas que los de grandes hipermercados, en los rubros de alimentos y bebidas. Sin embargo, ampliará la base de información de estas cadenas para relevar el comportamiento en los precios de los textiles, calzado y muebles, entre otros. Además, la nueva medición de la inflación valorará los datos del turismo de manera radicalmente opuesta a como se realiza actualmente.

Estas son algunas de las muchas modificaciones que el Ministerio de Economía ya decidió sobre cómo calcular la evolución del IPC desde 2008. Antes, presentará el nuevo indicador junto con otra selección de funcionarios del INDEC. Llegarán a su cargo vía concurso, y la idea es que asuman inmediatamente en sus funciones. Según fuentes del gobierno, entre las personas que podrían presentarse para estos concursos, figuran los empleados del organismo que hoy están desplazados y hasta los que fueron expulsados durante la intervención que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, protagoniza desde enero último.

  • Nueva etapa

  • La iniciativa es que la eventual gestión de Cristina Fernández de Kirchner comience, si triunfa en las elecciones del 28 de octubre, presentando los cambios en el INDEC como una nueva etapa para el organismo. Se piensa incluso en un acto en la Casa de Gobierno que incluiría a gremialistas de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado). Lo que no está en los planes, según las mismas fuentes, es una salida súbita de Beatriz Paglieri como responsable de maquillar el IPC ni de Ana María Edwin como delegada formal de Moreno. Todos los cargos serían cubiertos por los nuevos funcionarios designados por concurso, según aseguran en Economía, ya que Néstor Kirchner no estaría dispuesto a relevar a Paglieriantes de las elecciones de octubre.

    La nueva confección de la estructura de precios para medir el IPC desde 2008 se basará en la Encuesta de Gasto de los Hogares realizada y procesada entre el último trimestre de 2004 y el primero de 2005; y donde, para el gobierno, se plantean pautas de consumo diferentes a las de los 90. La primera gran «limpieza» del índice será la de dejar de medir la mayoría de los productos importados que figuran en el listado. Entre otros, dejarán de tomarse en cuenta los alimentos provenientes del exterior (van desde vinos y otras bebidas alcohólicas hasta productos de snack, salas y panificados). En todos estos casos se tomarán productos de fabricación local. También cambiará la medición del turismo, eliminando hasta la mínima expresión la influencia de los viajes al exterior. Pero también dejarán de ponderarse como se hizo hasta enero (desde ese mes se toman sólo los acuerdos firmados por Moreno) los centros vacacionales como Mar del Plata, Pinamar o Carlos Paz, ya que según la nueva visión, no representan más que 20% del total de los destinos de los argentinos. Así comenzarán a influir más ciudades y localidades menos populares, donde aparentemente los precios no aumentan tanto. Otros rubros serán eliminados de raíz, como los juguetes, flores y libros provenientes del exterior.

  • Alimentos y bebidas

    Otro de los cambios radicales es modificar la forma en que se toman los precios de los alimentos y bebidas.

    Actualmente, 50% de la información de los productos de ambos rubros se obtienen de los hipermercados y, según la encuesta de 2005, esto se habría reducido a no más de 20%. El resto se consumiría en pequeños comercios y supermercados (donde además los precios subirían menos). Como contrapartida, se comenzarán a tomar en cuenta los textiles, calzados y muebles que se ofrecen en los supermercados, ya que asegura el gobierno que la encuesta refleja que el consumo de los tres rubros, sobre todo en los dos primeros, llega a 25% del total en promedio.

    Obviamente, ayuda para la elección, que en general los movimientos de precios de estos sectores son mucho menores en los supermercados que en los comercios a la calle.

    Cuando todo este nuevo diseño del IPC esté terminado y presentado, lo que obviamente será después de las elecciones de octubre, la idea de los asesores de Cristina Fernández de Kirchner es que el Fondo Monetario avale la nueva metodología.
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