29 de abril 2020 - 00:00

Mercado loco: después de la cuarentena pueden faltar autos

El segmento de los vehículos de alta gama o premium sería el más afectado. La brecha cambiaría podría alentar una mayor demanda.

SITUACIÓN. Hoy las concesionarias están cerradas y sobran autos, pero hacia fin de año podrían faltar, especialmente los más caros.

SITUACIÓN. Hoy las concesionarias están cerradas y sobran autos, pero hacia fin de año podrían faltar, especialmente los más caros.

La Argentina es ese país en el que todo puede pasar. Lo raro, extraño, imprevisto o sorpresivo tiene siempre posibilidades en su vasto territorio. En el sector automotor, la cuarentena puso al mercado en un estado de parálisis casi total, con la excepción de las pocas ventas que se realizan de manera virtual ante la prohibición de las operaciones presenciales.

Hasta el cierre de los locales, a mediados de marzo, había en stock unas 90.000 unidades de 0 km. Poco se redujo desde entonces por falta de compradores. Sin embargo, en un futuro no muy lejano la situación puede revertirse y hacer que falten sean autos.

Así lo estiman operadores experimentados del sector. No hablan de algo generalizado pero sí de modelos puntuales. “Ahora parece un despropósito pero en cuatro o cinco meses, después de la apertura de la actividad, pueden faltar algunos modelos”, explicó el dueño de una concesionaria. Hay que tener en cuenta que esa cantidad de vehículos que están en los depósitos de “dealers”, fabricantes e importadores por algo están. Son, en general, modelos de menor demanda que, pese a las fuertes promociones que hubo, no pudieron conseguir comprador. Seguramente, estas unidades no tengan problema de abastecimientos. Distinta puede ser la situación con otros autos, por ejemplo de alta gama y premium.

“La oferta de vehículos que hay en stocks no es pareja. De algunos modelos hay más que de otros. El tema va a ser lo que van a demandar los compradores”, explicaron en una concesionaria.

Empresarios del sector estiman que, una vez levantada la cuarentena, las ventas rondarán en un piso de 10.000 unidades mensuales para completar un año con un mercado de alrededor de 200.000. Hasta el cierre de la actividad por el coronavirus se habían patentado 90.000 0 km.

La inesperada escasez se podría producir por diferente motivos. Las fábricas, cuando abran, van a trabajar a un ritmo 50% por debajo del que lo venían haciendo. Algunas tienen pensado comenzar a hacerlo desde el 11 de mayo, otras recién en junio o julio. Por las cuestiones sanitarias, también habrá una actividad más controlada. Además, lo primero que se haga será para cumplir compromisos de exportación. Desde el punto de vista teórico, con la capacidad ociosa que existe, las fábricas podrían responder sin problema a un mayor consumo. Así lo aseguraron en algunas terminales consultadas. El problema principal tendrá que ver con el abastecimiento de piezas. Todo el proceso de importación será más complicado en la era que comience tras el coronavirus, por lo que el faltante de autopartes del exterior puede ser un freno.

Ese es el otro punto. Más del 70% del mercado se conforma por vehículos importados, especialmente desde Brasil, un país con muchos problemas por la pandemia. Las complicaciones de trámites y protocolos harán que todo sea más lento, por lo que la normalización de los embarques llevará un tiempo adicional. Los otros mercados -Europa, Estados Unidos, México y Asia- correrán con la misma suerte. “Hay que tener en cuenta que las fábricas en el exterior van a producir primero para los mercados más importantes. La Argentina no tiene peso, por lo que cualquier pedido de fabricación va a quedar en la cola”, explicó un importador. Este segmento de autos importados extra zona es el que, probablemente, tenga una demanda superior a la oferta.

Además de las cuestiones productivas, en este segmento entran a jugar temas cambiarios. La crisis económica y un default amenazante harán que el Estado no tenga dólares para repartir con facilidad. Es posible que, ante este problema, haya restricción de divisas para la importación de vehículos que, normalmente, son de segmentos medios o altos. Por ese mayor costo, encima, demanda más dólares. Esto hace que los importadores tomen sus recaudos ante posibles pedidos “Ya tuvimos la experiencia con la anterior gestión kirchnerista que, cuando teníamos que pagar las importaciones, no nos liberaban dólares al precio oficial”, recordó un importador memorioso. En esos casos, debían recurrir al mercado “blue” para cumplir con sus proveedores. Por ese motivo, sería lógico que los importadores prefieren que los compradores esperen su vehículo varios meses a tener una oferta excesiva de 0 km. “La pregunta es hasta cuándo el Estado nos va a vender al dólar a $65” agregó el empresario.

La paridad cambiaria es otro factor a tener en cuenta respecto a la demanda. La brecha existente alienta a que los ahorristas en dólares se vuelquen a comprar autos que se fijan al valor oficial, tal como adelantó Ámbito Financiero. Esto se ve claramente en los segmento de alta gama o Premium. Si se mantiene esta diferencia en los distintos tipos de cambio, puede haber una demanda fuerte en esa parte del mercado y no haber vehículos para cubrirlos. En estos casos, la experiencia indica que los precios van a ser más duros. Una vez superada las necesidades de caja pueden volver a aparecer los sobreprecios para aquellos clientes que estén dispuestos a pagar de más por su vehículo para lograr la “entrega inmediata”.

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