Más de lo mismo. Esto es, más palabras y movimientos de tropas que hablan que la posibilidad de la guerra en Medio Oriente crece y consiguientemente, más bajas para las acciones. De alguna manera, queda la sensación que una de las caras de la política está arrollando los intereses económicos. No nos cabe aquí el hacer juicios morales, después de todo ésta es apenas una columna "de Bolsa", pero lo cierto es que el mercado no está nada feliz con esta situación. Es cierto que Merrill Lynch, el JP Morgan, Union Pacific, Kodak y General Dynamics reportaron números por debajo de lo que esperaban los analistas, pero frente a ellas, AMR (American Airlines), Pfizer, Lucent y Motorola, junto con varias biotecnológicas hacían lo contrario. Es así que podemos hablar de una especie de empate, que se dirimió en que lo peor le tocó a las blue chips que perdieron 1,47% al cerrar el Dow en 8.318,73 puntos, en tanto las acciones tecnológicas cedían un más acotado 0,34% luego de estar casi todo el día del lado ganador. Ninguno de estos números es para cambiar de opinión ni para asustarse, pero no hay que olvidar que con el cierre de ayer, el Dow y el S&P 500 entraron a moverse en terreno negativo por primera vez en el año (el NASDAQ aún resiste, pero en una o dos sesiones podría fácilmente volver a liderar las bajas). Frente a esto tenemos otra caída del dólar frente al euro, el oro que prácticamente tocó el máximo de los últimos seis años, los bonos que siguen su carrera alcista (habrá que ver qué pasa la semana que viene cuando "Alan y sus amigos" entren en acción) y finalmente los analistas que están abandonando las "posiciones políticamente" correctas, para comenzar a hablar sobre el efecto negativo que podría tener una contienda militar para las acciones.
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