Mercados que arrancaron julio sin poder salir de la ventisca disolvieron de entrada esa suerte de imaginario, de donde un simple cambio de calendario pueda significar algo más que el devenir cronológico.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Julio empezó como terminaba junio, primerarueda de segundo semestre empalmó bien con la primera mitad del año. Y todo lució igual. Afuera, con Shanghai abriendo el juego bien temprano y otra caída de más de 3 por ciento (con esto, supera 50 por ciento en el año). El Dow Jones como navegante perdido, que volvió a quedarse varado en un saldo de mínina importancia: 0,3 por ciento. El Bovespa, en un derrape relevante, llevó al indicador que parecía gran estrella en algún momento: a otra baja fuerte con 2,5 por ciento. Y al momento de ver los Merval, que -dicho sea de paso-mostraron cambios de nómina en todos ellos, con altas y bajas de las listas, repitiendo esa dualidad de sensaciones según a quién se lo mire.
Para complicarlo más, en esta ocasión fue el Merval expandido el que mostró la principal fisura -con 0,6 por ciento de rebaja-y quedando el de las especies locales mucho menos herido, casi neutro total. El Merval principal dio otra nota, al tocar mínimo en «2.061» y después no producir la reacción necesaria para salvarse del descenso de centena. Quedó en «2.095» puntos y reflejando debilidad, que se refrendó en otros testimonios.
Muchas especies
Como pocas veces, se registraron movimientos en variedad de papeles de todo tipo, hasta mostrar «36» nombres con aumentos. Pero sepultados bajo nada menos que «83» acciones, que dieron bajas. Y otros «11», sin cambios. Total de efectivo en los 74 millones de pesos, poca participación sobre los totales, y la nota más saliente dada por el sector «petrolero»: jugando ayer muy en contra y siendo lastre duro para el Merval mayor. En definitiva, un revoltijo. Y la Bolsa, flotando.
Dejá tu comentario