Después de alcanzar un máximo del 9,4% interanual en el tercer trimestre de 2022, el Fondo Monetario Internacional ahora proyecta que la inflación mundial caerá al 3,5% para finales del próximo año. Se trata de un nivel ligeramente por debajo del promedio registrado durante las dos décadas anteriores a la pandemia. De ahí que considere que “parece que la batalla global contra la inflación ha sido en gran medida ganada”, según sostuvo el consejero económico Pierre-Olivier Gourinchas al presentar este martes la actualización del informe Perspectivas Económicas Mundiales.
Para el FMI, el mundo está ganando la batalla contra la inflación
El Fondo Monetario Internacional proyecta que la inflación mundial caerá al 3,5% para finales del próximo año. Se trata de un nivel ligeramente por debajo del promedio registrado durante las dos décadas anteriores a la pandemia.
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De esta forma, en muchos países, la inflación se acerca en la actualidad a los objetivos de los bancos centrales, “allanando el camino para la flexibilización monetaria”.
El organismo multilateral destaca en su informe que la economía global se mantuvo inusualmente resistente durante todo el proceso des inflacionario. Proyecta que el crecimiento se mantendrá estable en 3,2% en 2024 y 2025. Con todo, advierte que algunos países de bajos ingresos y las economías en desarrollo han experimentado importantes revisiones a la baja del crecimiento, a menudo ligadas a la intensificación de conflictos.
Entre las economías avanzadas se destacan los Estados Unidos, con una previsión de crecimiento de 2,8% en 2024. Las perspectivas para los mercados emergentes son estables con previsiones de 4,2% de aumento tanto para el año en curso como para el próximo. En este conjunto se destaca el “robusto” desempeño de las naciones asiáticas.
Al analizar el proceso de desaceleración de la inflación, el Fondo remarca que la política monetaria jugó un rol decisivo en mantener ancladas las expectativas y evitando, así, el nefasto espiral de precios y salarios (como el registrado en los años 70).
Riesgos
Con todoPierre-Olivier Gourinchas advirtió sobre posibles riesgos. Entre ellos, “una escalada de los conflictos regionales, especialmente en Oriente Medio, podría plantear graves riesgos para los mercados de materias primas”. También sostuvo que cambios hacia políticas comerciales e industriales indeseables pueden reducir significativamente la producción en relación con el pronóstico base de Fondo. Finalmente, “la política monetaria podría seguir siendo demasiado estricta durante demasiado tiempo y las condiciones financieras globales podrían endurecerse abruptamente”.
El economista consideró que el retorno de la inflación a niveles cercanos a los objetivos de los bancos centrales allana el camino para un triple pivote de política. Uno es el monetario, actualmente en curso, con la mayoría de los bancos centrales de los países desarrollados comenzando a recortar sus tasas de interés desde junio pasado. Estos recortes tienden a sostener la actividad en momentos en que se observa un “enfriamiento” en los mercados laborales de estas naciones, con un aumento gradual en la tasa de desempleo.
Se considera que esta reducción en los tipos de interés apuntará a fortalecer las monedas de las economías emergentes contra el dólar, ayudando a reducir la inflación importada.
El segundo eje es el fiscal, un aspecto central para el Fondo. Al respecto consideró que es el momento de estabilizar la dinámica de la deuda y reconstruir las tan necesarias reservas fiscales.
El tercer giro –y el más difícil según Gourinchas – consiste en ir hacia reformas que mejoren el crecimiento. El organismo considera que es necesario hacer mucho más para mejorar las perspectivas de crecimiento y elevar la productividad, ya que ésta es la única manera de abordar los numerosos desafíos que enfrenta la economía mundial.
Es decir, reconstruir las reservas fiscales; hacer frente al envejecimiento y la disminución de la población en muchas partes del mundo; abordar la transición climática; aumentar la resiliencia y mejorar las vidas de los más vulnerables.
“Desafortunadamente, las perspectivas de crecimiento para los próximos cinco años siguen siendo mediocres: un 3,1%, el nivel más bajo en décadas”, precisó el economista.
El informe del Fondo concluye que “el crecimiento económico debe provenir de reformas internas ambiciosas que impulsen la tecnología y la innovación, mejoren la competencia y la asignación de recursos, profundicen la integración económica y estimulen la inversión privada productiva”. Agrega que a menudo estas reformas enfrentan una importante resistencia social de donde plantea la necesidad de fomentar la confianza entre el gobierno y la inclusión de una compensación adecuada para compensar los posibles daños.
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