Pasa hoy Aerolíneas Argentinas al Estado con bendición española
Hoy Marsans comienza a despedirse de la Argentina. Un enviado de Gonzalo Pascual (no de su socio Gerardo Díaz Ferrán, intransigente en abandonar el país) firmará el "acuerdo" por el cual el gobierno se quedará con las acciones de Aerolíneas Argentinas y de Austral. El conflicto seguirá con el monto que reclamarán los españoles (están dispuestos a llegar al CIADI, el tribunal sobre inversiones del Banco Mundial). Ricardo Jaime ofrecerá pagar la deuda de la aérea. Nada más.
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El único impedimento para que se firme este convenio hoy es la histórica disputa entre Alberto Fernández y Julio De Vido: el jefe de Gabinete representa a las «palomas» en esta transacción, y se conforma con la salida de los españoles y la toma de control por parte del Estado. El jefe de Planificación y superior del secretario de Transporte, Ricardo Jaime -verdadero motor de esta reestatización en complicidad con Jorge Pérez Tamayo, secretario general de APLA, el sindicato de los pilotos-, a los «halcones»; pretenden no sólo que Marsans les entregue gratis la empresa, sino que, además, suscriban una especie de declaración de disculpas por una supuesta mala administración de la compañía. Si bien esto puede parecer apenas una última humillación a un grupo al que hostigaron desde el primer día que Néstor Kirchner llegó al gobierno, su fin último es impedir que Marsans pueda recurrir al CIADI en caso de que no les paguen lo que piensan que vale la compañía.
Lo cierto es que Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual ya habrían tirado la toalla, hartos de los desplantes de Jaime, el incumplimiento de los pactos con el gobierno sobre tarifas, combustible, impuestos y seguros, y -sobre todo-la imposibilidad de impedir que los gremios (el de los pilotos y APTA, el de los técnicos) les paren la empresa cada vez que quieran hacerlo.
No sorprende entonces que el jueves pasado Jaime haya obtenido un acuerdo de paz social con los seis gremios que actúan en Aerolíneas/Austral, algo que fue imposible de conseguir cada vez que Marsans lo pidió para poder garantizar su operación.
El rumor indica, además, que el viernes los sindicatos habrían aceptado extender la «paz social» por tres años (o sea no paros, no reclamos, no protestas) siempre y cuando el Estado conserve la propiedad de la aérea. Saben, recuerdan seguramente, las prebendas y beneficios que tenían cuando la empresa era estatal, que recuperarán ahora y que sobrecompensan cualquier atraso salarial que se produzca.
Al conocerse la decisión de Marsans de no dar más batalla, se comprende un poco más la inacción del gobierno español, más allá de alguna llamada que se cruzaron funcionarios de ambas administraciones. « Supongamos que el Reino nos apoya, nos da u$s 200 millones que es lo que hace falta para poner a Aerolíneas de vuelta en condiciones óptimas de operar, y que lo hacemos. Y al otro día a los pilotos vuelve a darles ' colitis', dan parte de enfermos, se niegan a volar y dejamos a miles de pasajeros de a pie. ¿De qué habrá servido?», dijo a este diario una fuente vinculada al grupo español.
Algo parecido sucedió la semana pasada con el pago de los salarios: Marsans tenía preadjudicado un préstamo del Banco Nación para hacer frente a los sueldos de junio y el medio aguinaldo; sin embargo, por alguna razón fácilmente entendible, la entidad oficial requirió garantías adicionales y del exterior para extender el préstamo. Y aun a pesar de que los españoles aportaron la documentación pedida, el banco demoró el desembolso de los fondos. En el ínterin APA, el gremio del personal de tierra, hizo el paro del martes que desembocó en el anuncio del miércoles por Jaime del pedido de intervención judicial a la compañía.
Ese pedido se formalizó el viernes, pero el juez en lo Comercial Jorge Sicoli no accedió de inmediato y citó para mañana a todas las partes en su despacho. ¿Llegará a concretarse esa reunión, si para entonces Alak ya es el nuevo presidente de Aerolíneas? Todo depende de quién triunfe en la pelea entre «halcones» y «palomas» que está produciéndose por estas horas en el gobierno nacional. Ambas aves, de todos modos, tienen muchas menos dificultades para levantar vuelo que las que tendrá una Aerolíneas en manos del Estado.
S.D.
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