No era para sorprender que el viernes se encontrara el mercado con un remate semanal adverso. Pero lo que sí llamó la atención fue la aparición de la fórmula más indeseada, cuando una baja de magnitud en los precios está asociada a un incremento abrupto de volumen. Y las dos condiciones se dieron en esa rueda final, donde el Merval perdió más de 2% en su marca ponderada, con un derrape de proporciones en papel clave como Grupo Galicia, y el total de órdenes se dilató a los $ 81 millones netos para acciones, quebrando la cadencia que no hacía pasar las cifras diarias de unos $ 66 millones a lo sumo.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Puede inferirse que lo agregado vino casi todo de la venta y que no se respetaron límites ni se lucharon precios en demasía; lo que se hizo fue ubicar posiciones. Para el diccionario de la jerga porteña, lo del viernes tuvo ropaje de «enchufe» de cantidad, trasvasando todo dique de contención.
El resultado semanal dejó algo más de 5% de negativo para la Bolsa de Buenos Aires, en su índice Merval, totalmente desconectado de sus referentes (Dow y Bovespa dejaron saldos favorables).
Apareció más nítido el rasgo de la inquietud, que había visto dimes y diretes en el contexto -con distintos temas-como en un sainete oficial que preocupa. Muchos no saben qué es lo que sucede. Y la Bolsa mostró no saber dónde estaba.
Dejá tu comentario