11 de octubre 2022 - 21:14

SanCor no logra salir de su laberinto: fideicomiso frenado y sin fondos del Gobierno

A pesar de que el gremio amenazó con medidas de fuerza, por el momento no avanzaría con un paro. La firma no consigue recursos para salir a flote.

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La debacle de la láctea SanCor, que llegó a ser una de las dos empresas lecheras más importantes de la Argentina, parece no tener fin. Es que cuando la cooperativa parecía que había encontrado una luz al final del túnel esa llama lentamente terminó por apagarse. Meses atrás surgió la posibilidad de que un grupo de empresarios liderado por Marcelo Figueiras conformaran un fideicomiso, con fondos propios y un aporte millonario del Estado, para sacar a flote a la empresa. Hoy esa alternativa ya está caída porque desde el oficialismo explican que ante la actual situación económica no hay fondos para destinar a la láctea que emplea a más de 1.700 personas y procesa mensualmente unos 700.000 litros de leche.

A pesar de que el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, prometió que en los próximos días “arrancaría una ronda de reuniones para tratar el tema”, lo cierto es este martes se reunió con líderes de la industria láctea y SanCor no estuvo en la agenda. Mientras tanto, los empresarios Marcelo Figueiras, dueño de Laboratorios Richmond; José Urtubey, mayor accionista de Celulosa Argentina, y Gonzalo Scaglione, controlante del diario La Capital de Rosario, que acercaron su propuesta al Gobierno para conformar un fideicomiso ya se bajaron de la carrera. Los vaivenes económicos y la falta de apoyo del Gobierno terminó por desalentarlos.

En lo que respecta estrictamente a SanCor la realidad demuestra que sin fondos del Estado y con diversas prórrogas de acreedores, entre los que se encuentra el propio Estado por impuesto y tasas sin cobrar, logró en los últimos meses sumar mayor capacidad de producción. Un año atrás procesaba menos de 500.000 litros diarios de leche y actualmente esa cifra asciende hasta los 700.000 litros. Claro que la cifra ideal sería alcanzar los 1,5 millones de litros pero para eso SanCor necesita fondos que no tiene.

Otro de los escollos que tiene la empresa es su cuantiosa planta de empleados, actualmente bajo relación de dependencia de SanCor hay unas 1.700 personas y según fuentes del sector, la empresa funcionaria con apenas 700, es decir la nómina de empleados supera ampliamente las tareas y capacidad de producción y ventas de la empresa.

Por otro lado el gremio Atilra que nuclea a los trabajadores de la industria láctea lanzó a fines del mes pasado una fuerte amenaza: “Ante la insistente pregunta de saber si Atilra hará un paro en todo la industria para que se concrete el rescate a Sancor, la respuesta la tiene el Gobierno Nacional. Estamos esperando que reaccione el Gobierno y cumpla con lo que se acordó en noviembre pasado frente a 2 ministros y el presidente del Banco Nación: la creación de un fideicomiso con aportes estatales y privados por u$s60 millones. Por su parte Atilra tenía el compromiso de mantener contenidos a los trabajadores y trabajadores, asegurando la paz social, como lo vino haciendo. Si el Gobierno empieza a cumplir con lo acordado, no habrá ningún tipo de medidas de fuerza en la industria”.

El texto lanzado a los medios en off fue una clara advertencia al Gobierno nacional ante su inacción para reflotar el ya tristemente célebre fideicomiso. En el medio pasó mucha agua bajo el puente y el conflicto gremial desatado en la industria de los neumáticos sentó un complicado precedente que en este momento el gremio lácteo no estaría dispuesto a afrontar. Además, este fin de semana asumió como líder de la cartera de Trabajo Kelly Olmos, en reemplazo de Claudio Moroni y justamente con el saliente ministro es con quien Atilra mantenía mayor diálogo.

La actualidad de SanCor es más que complicada pero lo cierto es que eso no se remonta siquiera a este año. La empresa láctea argentina, que supo ser una de las líderes en su segmento con más de 17 plantas industriales y más de 4.000 empleados, vivió quizás uno de los períodos más triste en su historia no hace tanto tiempo atrás. En tan solo tres años (de 2016 a 2019) tuvo que vender nueve plantas industriales y concretó así el desguace de su estructura.

En 2016 le vendió al hoy caído en desgracia Grupo Vicentin, su unidad de postres y yogures quien a su vez recibió palanca financiero del Grupo Baf. Por aquella operación se desembolsaron u$s100 millones que apenas sirvieron a emparchar las millonarias deudas de la empresa. Luego Adecoagro fue la que compró dos de sus plantas industriales.

Actualmente la láctea tiene bajo su órbita a seis plantas que están ubicadas las localidades de Sunchales, Gálvez, San Guillermo, en Santa Fe y en La Carlota, Balnearia y Devoto en Córdoba. Su destino todavía es una incógnita.

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