26 de julio 2006 - 00:00

Se cobra hasta 180% anual por otorgar créditos en negro

Muchas variantes ofrece el mercado informal de crédito a pymes y público. Claro que detrás de ello existe un costo muy superior al de entidades financieras y al de las mismas tarjetas de crédito.
Muchas variantes ofrece el mercado informal de crédito a pymes y público. Claro que detrás de ello existe un costo muy superior al de entidades financieras y al de las mismas tarjetas de crédito.
«Dinero con tarjeta de crédito», «efectivo ya», «créditos con cheques», son los clásicos avisos que ofrecen financiación a pymes y al público en general. La tasa que cobran las denominadas «cuevas» puede superar 180% anual con el agregado de que el interesado en el dinero queda prácticamente sin ningún margen legal.

Uno de los mecanismos más utilizados es mediante la tarjeta de crédito. Mientras que lo natural es utilizarla para comprar ropa, comida o para hacer un viaje, también se usa para obtener un crédito «en negro».

Basta con llamar a alguno de los avisos que lo publicitan, y una mujer afable explicará lo que hay que hacer para obtener el dinero. En varios casos, se trata de una «agencia de viajes» en la cual el interesado simula comprar, con su tarjeta de crédito, un «pasaje de avión» de $ 500 en cuotas. Una vez hecho eso, la «agencia» le dará $ 280 en efectivo.

Para devolver los $ 500 se ofrecen diferentes planes. Por empezar, la primera cuota se paga a los 60 días y tiene la opción de hacerlo en varios plazos. De efectuarlo en 12 cuotas, pagaría 41,66 pesos mensuales. «La tasa que cobramos es de 40%», aseguran.

Llaman la atención los requerimientos de estas agencias de viajes. Piden DNI, una tarjeta de crédito y un resumen de ésta para ratificar el domicilio del cliente. «Es todo muy sencillo, en 15 minutitos está hecho. Vamos a su casa y listo», explicó la vendedora.

También ofrecen créditos contra la entrega de un cheque a fecha. Para hacerlo, requieren que se disponga de una cuenta corriente que tenga más de un año de antigüedad y un movimiento igual o menor que el monto solicitado. Es decir, si se busca un crédito de $ 5.000, su cuenta debe tener transacciones de, por lo menos, $ 5.000 mensuales.

  • Intereses

    Una vez reunidas las condiciones, el cliente por esos $ 5.000 firmará 6 cheques de 1350 pesos cada uno que pagará todos juntos a los 160 días. Si por algún motivo necesitara de una prórroga, «la empresa evaluará la situación», aunque es poco probable que se la otorgue. El interés que acumulará es de 180% nominal anual.

    En otra oficina, para conseguir dinero -también a través de cheques- se maneja de una manera similar a la ya mencionada, con la diferencia de que la tasa de interés que va a pagar la persona que busque el préstamo será variable, no por el CER precisamente sino por la «calidad de la cuenta bancaria». Si ya le fueron rechazados algunos cheques en el pasado, la tasa será más alta, por ser «riesgoso».

    También algunas «cuevas» ofrecen créditos hipotecarios. Si se trata de un cliente monotributista, sólo necesitará demostrar el DNI. Lo puede solicitar quien desee obtener un préstamo por $ 50 mil para comprar un departamento. El plan de financiación que ofrece esta «cueva» es uno que otorga $ 52 mil en 120 cuotas mensuales a $ 559 cada una. No está claro si después incluyen costos adicionales que multipliquen varias veces la tasa final por pagar.

  • A domicilio

    El común denominador que tienen todas estas transacciones es que los acuerdos se realizan rápido y en la vivienda del beneficiario. Esto no sería comodidad ni un gesto de los «acreedores» ya que constatan dónde vive el deudor ante eventuales atrasos en los pagos. Así, un empleadode la «agencia» que otorga el préstamo se dirige a la casa del cliente y, sin mayores ceremonias, lo hace acreedor de la suma que estaba buscando para solucionar sus problemas (o para acrecentarlos).

    Al realizar una consulta, la persona que atiende pregunta «por cuál aviso llama», lo que deja a las claras que es un negocio bastante aceptado y de elevado volumen.

    No hay negocio que resista estos altos costos de endeudamiento. Pero son utilizados a costa de pagar intereses que sextuplican los de un banco o la financiación genuina que brindan tarjetas de crédito.
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