Basilea (Reuters) - Las autoridades financieras del mundo hicieron ayer una proyección optimista respecto de la economía global. Acordaron en que crecería más de 4% por quinto año consecutivo, pero no dejaron de notar la incertidumbre que generan los precios del petróleo.
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Este balance surge del primer día de reuniones de los banqueros centrales de las principales economías del mundo en el Banco Internacional de Pagos en Basilea. En ese contexto, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo de Rato, recomendó que los gobernadores de los bancos centrales tengan cautela al fijar las tasas de interés y que tomen sus decisiones sobre la base de los datos económicos. Esto marcaría un cambio desde el ritmo estable de alzas de tasas de interés vistas en Europa durante 2006, mientras que en Estados Unidos la Reserva Federal ya detuvo las subas para observar el panorama.
«La economía mundial se está moviendo hacia otro año de crecimiento sólido y con una amplia base», dijo Rato. «Vemos un sólido crecimiento en Europa, que seguirá en Japón, y un muy buen crecimiento en Asia y en otras áreas. Y ciertamente desde el punto de vista de Estados Unidos, el escenario central es un suave aterrizaje», comentó Rato a periodistas.
Por su parte, el gobernador del Banco de Canadá, David Dodge, respaldó la visión de que el crecimiento global está siendo impulsado por todas las regiones económicas importantes y no sólo por Estados Unidos y China, y dijo que hay positivas señales de que los desequilibrios en la economía mundial se relajen.
El FMI estima que el crecimiento global se desacelerará levemente a una tasa anual de 4,9% este año, desde 5,1% en 2006. Previsión que no fue modificada por Rato en el encuentro.
Pero este escenario, junto con la gran cantidad de dinero circulando, también crea desafíos para los banqueros centrales, cuando tratan de mantener los precios estables, dijo Rato. «En ese sentido, vemos que la posición de los principales bancos centrales, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo es la acertada en términos de responder a los datos reales de la economía para mantener sus políticas monetarias», agregó.
El desafío está en el precio del petróleo crudo, que para Rato continúa siendo una potencial amenaza inflacionaria, aunque aún no se haya materializado y los precios hayan bajado últimamente. El crudo tocó los 78 dólares por barril a principios de agosto de 2006, pero llegó a 56,31 dólares el viernes pasado.
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