Wall Street se paralizó al tomar conocimiento de que George W. Bush iba a hablar a los norteamericanos. Lo mismo sucedió en el resto de los mercados del mundo. La principal economía del planeta, como nunca desde la Gran Depresión, está seriamente amenazada, y por ello la necesidad de contar rápidamente con el apoyo del Congreso al superpaquete de rescate por u$s 700.000 millones. Lo de Bush fue dramático en respuesta ante la posición de buena parte de la población norteamericana: ¿por qué hay que salvara financistas que cobran suculentos bonus? El gobierno propuso al Congreso disponer de 700.000 millones de dólares de los contribuyentes para comprar activos tóxicos (hipotecas generosamente otorgadas por bancos). "Si el Estado no sale a sanear el sistema, las consecuencias serán devastadoras para los ciudadanos comunes", alertó. "El crédito se congelará y será difícil conseguir préstamos para comprar viviendas, automóviles o pagar estudios universitarios", profetizó.
Washington (Reuters y ANSA) - El presidente George W. Bush pintó anoche un dramático panorama de lo que, aseguró, ocurrirá con la economía norteamericana si el Congreso no aprueba el paquete de salvataje de 700.000 millones de dólares, mientras trató de convencer a los estadounidenses a que respalden el plan.
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«Estamos en el medio de una grave crisis financiera y el gobierno federal está respondiendo con una acción decisiva», dijo Bush en un mensaje televisado a todo el país y afirmó que «toda nuestra economía está en peligro».
El mandatario hizo un repaso de las causas que llevaron a la actual crisis económica y remarcó la necesidad de modernizar las regulaciones financieras, por considerarlas obsoletas, al permitir que el crecimiento desmedido de una sola empresa ponga en riesgo todo el sistema.
Estas fueron las principales definiciones de Bush quien expuso por unos 13 minutos sobre las posibles inquietantes consecuencias de una expansión de la debacle que está golpeando las firmas de inversiones y de finanzas.
«El plan del gobierno federal apunta a salvar a toda la economía norteamericana, no a individuos o sociedades individuales.
El mercado no está funcionando apropiadamente, hay una enorme pérdida de confianza, los sectores principales de la economía están en riesgo y más bancos podrían cerrar y amenazar con enviar a la economía a una recesión. No debemos dejar que esto suceda.
«¿La economía de los Estados Unidos está en peligro. La situación precaria del sistema financiero me llevó a actuar de manera decisiva. Creo firmemente en la libre empresa y mi instinto era que no intervenga el gobierno, pero éstas no son circunstancias normales que rodean la crisis de los mercados financieros.
No llevar a cabo el plan de rescate les va a costar mucho más a los ciudadanos en el futuro.
Si el Estado no sale a sanear el sistema, las consecuencias serán devastadoras para los ciudadanos comunes.
«Toda nuestra economía está en peligro», dijo, sin eufemismos, George W. Bush en un discurso televisado a todo el país. «O lo que pide el gobierno, o la recesión», afirmó. El pánico financiero provocará una caída de la confianza en la economía y del flujo de dinero. El crédito se congelará y será difícil conseguir préstamos para comprar viviendas, automóviles o pagar por estudios universitarios.
En cambio, si el gobierno puede inyectar ese dinero, el sistema se descongestionará y los bancos volverán a contar con liquidez para poner préstamos en el mercado. El rescate enviará una señal al mundo de que la economía estadounidense está de nuevo en movimiento.
El dinero no será utilizado para pagar grandes sumas a los altos ejecutivos de las empresas afectadas. Una vez que el mercado de estos títulos mejore, los valores subirán y el Tesoro podrá venderlos y recuperar el dinero de los contribuyentes.
Agradezco la buena disposición de los líderes del Congreso y el espíritu de cooperación entre demócratas y republicanos, pero, si no sale la ley para el rescate, el país caerá en una larga y dolorosa recesión. Será un voto difícil para muchos legisladores, en particular porque involucra tanto dinero de los contribuyentes.
Existe el riesgo de una recesión larga y dolorosa, los principales expertos del gobierno coinciden en la necesidad de acciones rápidas por parte del Congreso para evitar esto.
Es difícil aprobar un paquete de medidas que involucra tanto dinero de contribuyentes. Pero, considerando la situación que enfrentamos, no aprobar estas medidas ahora le representaría (a los estadounidenses) una situación más onerosa.
Los depósitos bancarios están asegurados por el gobierno. La democracia capitalista sigue siendo el mejor sistema ideado.
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