Por tercer año consecutivo cayeron las ventas totales en el supermercadismo argentino ya sea por la disminución de las cantidades comercializadas, que fue de un -1,7 por ciento, como por la baja de los precios, de un -0,9 por ciento, para el acumulado enero-agosto, según un informe oficial.
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El trabajo, denominado Evolución Reciente de la Actividad Supermercadista, publicado por la Secretaría de la Competencia, la Desregulación y la Defensa del Consumidor aclaró que no obstante la baja de ventas, continuó la expansión de la superficie cubierta.
Este crecimiento de la superficie, calculado en un seis por ciento respecto de los primeros siete meses del 2000, determinó que continuará la tendencia decreciente en las ventas por metro cuadradao, y se alcanzaran nuevos mínimos históricos durante el 2001.
El trabajo indicó que en este marco contractivo, sufrieron menos en términos de pérdida de ventas las cadenas grandes (-1,7 por ciento) que las medianas (-5,6 por ciento), determinando un nuevo incremento en su participación en las ventas de las más grandes. La caída en las ventas afectó a la gran mayoría de los rubros y los más afectados fueron alimentos preparados y rotisería: -7,4 por ciento; indumentaria, calzados y textiles para el hogar -6,1 por ciento; electrodomésticos y artículos del hogar, -5,2 por ciento.
Los únicos rubros cuyas ventas aumentaron respecto del mismo lapso del año anterior fueron lácteos, panadería y otros. Debido a la apertura de nuevas bocas de expendio, el personal ocupado en el sector aumentó aproximadamente en un 4 por ciento entre julio del 2000 e igual mes del corriente año, creciendo relativamente más el empleo en la categoría de personal jerárquico que en la de personal administrativo.
Sin embargo, las remuneraciones brutas descendieron en torno al 9 por ciento en un contexto generalizado de caída de ventas, afectando más a los trabajadores de la primera categoría que a los de la segunda.
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