El inicio de la temporada estival en la Costa Atlántica bonaerense se ha visto ensombrecido por una disminución significativa en las reservas, marcando un panorama desafiante para los destinos turísticos clave de la región. A pesar de las expectativas optimistas de finales del año pasado, diversos factores como la escalada inflacionaria, la incertidumbre derivada del nuevo Gobierno y los cambios introducidos, como el controvertido mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que ha generado rechazo, han contribuido a este declive, generando inquietud en los sectores vinculados al turismo.
Verano 2024: advierten de una temporada complicada en la Costa Atlántica
La temporada estival en la Costa Atlántica bonaerense se encuentra amenazada por una marcada reducción en las reservas, alimentada por una combinación de factores económicos, políticos y de precios que han impactado negativamente en el turismo de la región.
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En Pinamar, uno de los destinos emblemáticos de la costa argentina, la preocupación es palpable. Alfredo Baldini, titular de la Cámara de Turismo local, expresó su consternación ante la caída de las reservas, señalando una disminución del 80% al 40%. Esta situación, según sus palabras, refleja una temporada atípica y alarmante debido a la notable escasez de reservas.
Baldini subrayó la actual crisis económica en Argentina como un factor determinante, indicando que la población está adoptando una actitud más cautelosa con sus gastos, lo que, junto con otros elementos, ha llevado las reservas en Pinamar a niveles mínimos no vistos en dos décadas.
Mar del Plata y otros destinos
Por otro lado, Bernardo Martín, responsable del Ente Municipal de Turismo y Cultura (EmturyC), reportó un 70% de reservas para la temporada 2024 en Mar del Plata, considerando este porcentaje como positivo dada la cantidad de plazas disponibles en la ciudad. Sin embargo, la realidad es diferente, ya que Jesús Osorno, presidente de la Asociación Empresarial Hotelera Gastronómica (AEHG) de esa ciudad, afirmó que la actividad turística se encuentra en un estado casi paralizado, con una disminución notable en la cantidad de reservas.
El incremento de precios, especialmente en el alquiler de alojamientos, ha sido un factor determinante en la reducción de reservas. En comparación con el verano anterior, los precios de alquiler han aumentado significativamente, alcanzando un 50% más de lo anunciado en octubre pasado. Esta disparidad de precios ha contribuido a la disminución de la demanda de reservas.
Este panorama no es exclusivo de Pinamar y Mar del Plata; se extiende a otros destinos costeros como Villa Gesell, Necochea y en general, a todo el partido de la Costa. En estas localidades, los representantes del sector turístico han expresado su preocupación por la caída de las reservas, atribuyendo esta tendencia a las políticas gubernamentales y a la incertidumbre política generada por los recientes cambios en el escenario político.
En resumen, la temporada estival en la Costa Atlántica bonaerense se encuentra amenazada por una marcada reducción en las reservas, alimentada por una combinación de factores económicos, políticos y de precios que han impactado negativamente en el turismo de la región.
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