16 de mayo 2018 - 00:00

Adiós a Wolfe, un dandy que hizo del periodismo un arte

Uno de los pioneros del llamado “American New Journalism”, fundado por Truman Capote con “A sangre fría”, sus crónicas, artículos y críticas interpretaron con elegancia y lucidez cinco décadas de historia moderna.

Wolfe. Su elegancia personal fue otro de los sellos que lo distinguieron.
Wolfe. Su elegancia personal fue otro de los sellos que lo distinguieron.
Tom Wolfe, uno de los pioneros del llamado "Nuevo Periodismo", movimiento que reflejó el estado de ánimo y la cultura de Estados Unidos durante cinco décadas y que nació, en los años 60, con Truman Capote y su novela "A sangre fría", murió a los 88 años el lunes a raíz de una infección no especificada en un hospital de Nueva York, según dijo ayer su agente, Lynn Nesbit.

Wolfe fue autor de libros como "La hoguera de las vanidades" (The Bonfire of Vanities), llevada al cine por Brian de Palma, o "Elegidos para la gloria" ("The Right Stuff"), una crónica sobre los primeros pilotos entrenados para superar la barrera del sonido, que tuvo una versión cinematográfica en 1983 de Philip Kauffman (y que nunca se estrenó en la Argentina pese a haber competido por el Oscar). Las obras de Wolfe, tanto de ficción como de no ficción, abarcaron temas que van desde el mundo del arte hasta Wall Street y la cultura hippie de los años 60, y abordaron temas como el poder, el racismo, la corrupción y el sexo.

"Creo que cada momento de la vida de un ser humano, a menos que la persona se muera de hambre o esté en peligro inmediato de muerte de alguna otra manera, está controlada por una preocupación por el status", dijo Wolfe en una entrevista a The Wall Street Journal. A Wolfe, que acuñó frases emblemáticas como "radical chic" para referirse a los liberales pretenciosos, le gustaba provocar con su personal estilo de vestimenta, ya que fue un dandy conocido por sus trajes blancos, emulando de alguna forma con este gesto al propio Capote, y sobre todo a Oscar Wilde.

El periodista, que tenía setenta y tantos años cuando entrevistaba universitarios para escribir su novela "Soy Charlotte Simmons", era una persona bastante conservadora, que no consumía drogas y se vestía de traje y corbata mientras viajaba con escritores como Ken Kesey y su movimiento hippie Merry Pranksters para su libro "Ponche de ácido lisérgico".

Wolfe nació en Virginia el 2 de marzo de 1930 y estudió literatura y periodismo en la Universidad Washington and Lee; empezó su carrera periodística colaborando en publicaciones como The Washington Post, Enquirer y New York Herald; y saltó a la fama como periodista en la década 60. Cuando terminó su carrera, en 1952, quiso dedicarse al béisbol pero rápidamente se dio cuenta de que no era lo suyo: formado por las lecturas de John Steinbeck, Charles Dickens y Emile Zola, resultó una voz clave en la conformación del Nuevo Periodismo, un estilo con diálogos y detalles que permitió a los periodistas narrar y desarrollar personajes de una manera más asociada con la literatura que con la crónica ortodoxa, y que integraron --además del citado Capote--, Norman Mailer (gran enemigo de Wolfe) y Gay Talese.

Periodista, ensayista, novelista, observador de la sociedad estadounidense, Wolfe fue un autor polémico que pasó por diversas etapas estéticas a lo largo de más de 50 años, escribiendo sobre cultura pop, crítica literaria, política, arte moderno, arquitectura y, en sus últimos años, sobre neurociencia. Wolfe quedó fascinado con los astronautas después de que la revista Rolling Stone lo comisionara para cubrir el lanzamiento a la Luna del Apolo 17 en 1972. Nueve años después escribió el citado "Elegidos para la gloria", un libro sobre los primeros siete astronautas estadounidenses y el piloto de pruebas Chuck Yeager que los antecedió.

Su primer intento en la ficción fue en 1987 con "La hoguera de las vanidades", que reflejó el ambiente y la cultura de los "lobos" de Wall Street. El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, dijo ayer que el "astuto ingenio y las agudas observaciones de Wolfe definieron una era en Nueva York". Conocido como "el Balzac de Park Avenue", la marca registrada de Wolfe era un traje blanco, a menudo acompañado con accesorios como un sombrero del mismo color y zapatos de dos tonos.

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