El entierro del excapitán de las SS, condenado en 1998 a cadena perpetua por su participación en la masacre de las Fosas Ardeatinas en Roma de 335 civiles italianos en 1944, la mayor matanza cometida por los alemanes en Italia, no pudo ser resuelto.
El apoderado y amigo de Priebke, Paolo Giachini, que ha intentado por todos los medios organizar una ceremonia pública, recibiendo como respuesta un firme no, anunció a la prensa italiana que ayer mismo sería despedido en forma privada y discreta en la residencia romana donde cumplía la detención domiciliaria. El abogado, que esperaba por último incinerar el cuerpo en el cementerio militar alemán de Pomezia, cerca de Roma, no podrá cumplirlo porque el exoficial nazi no murió en combate. La posibilidad de enviar los restos mortales de Priebke a Alemania, su país de nacimiento, también fue examinada. "Puede ser incinerado en Alemania", explicaron fuentes de la Cancillería alemana. "Pero el Gobierno no tiene motivo ni razones para pronunciarse sobre el asunto ya que nadie presentó el pedido".
El director del Centro Simon Wiesenthal, Efraim Zuroff, organización que vigila para que los criminales nazis respondan por sus delitos, propuso que el cuerpo del exoficial nazi sea enviado a Alemania para su incineración.
Detenido en la Argentina en 1994 tras haber vivido tranquilamente más de 40 años, extraditado y juzgado en Italia, Priebke jamás pidió disculpas, ni manifestó arrepentimiento alguno. "Alemania tiene las leyes adecuadas para evitar que los funerales y la incineración se transformen en un fiesta de neonazis", sostiene Zuroff. La incineración del excapitán de las SS "es una solución eficaz", dijo tras recordar que el cadáver de Hitler también fue quemado. "Con ese gesto se destruye todo lo que representa el nazismo", estimó.
Giachini lanzó una verdadera campaña para que sea enterrado en Italia y convertirlo en emblema de la extrema derecha europea. El abogado divulgó inclusive una desconcertante entrevista-testamento de Priebke en el que defiende su pasado y asegura que "el holocausto" fue inventado por los vencedores de la guerra. Después de haber anunciado su entierro en Bariloche, lo que no fue permitido por el Gobierno argentino, Giachini presionó para que sea llevado a Italia, "un derecho".
Militantes de extrema derecha, entre ellos los fascistas del movimiento "Militia", han tratado de llevar coronas de flores al edificio donde residía el criminal nazi y dejaron una leyenda pintada en su honor con la esvástica, la cual fue rápidamente borrada por orden de la alcaldía.
"Por mí que lo entierren en Israel si quieren, así están contentos...", dijo ante la polémica, Jorge Priebke, uno de los dos hijos del oficial de las SS, desde Bariloche. "¿Por qué esta gente no se fija en lo que pasa en Medio Oriente? ¿Por qué no se fijan por ese lado? En cambio no, se la 'agarran' con uno" como Priebke y con "una guerra que terminó hace 60 años o más. Que se dejen de 'joder'. Son resentidos, esa gente viene 'jodiendo' en el mundo desde antes de Cristo", añadió en una entrevista.
Tras aclarar que en los años transcurridos tras el proceso en Roma, su padre "vivió tranquilo", Jorge Priebke precisó que no participará en los funerales: "No me alcanza el dinero para el viaje y por otra parte tengo un problema de cadera". Además, recordó que vive "con una jubilación de 2 mil pesos, y tengo un automóvil que tiene 35 años. Qué le parece?...".
Agencias ANSA, AFP y EFE |
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