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Arroz-pacú, una combinación perfecta para lograr la sustentabilidad
Un grupo de emprendedores decidió diversificar su negocio y sumar la producción de peces. Ahora hasta tienen una planta frigorífica propia. Valor agregado al cuadrado.
Esas circunstancias impulsaron una alianza estratégica entre un productor de pacú, Néstor Gromenida, especialista en piscicultura, y Eduardo y Martín Meichtry, padre e hijo, titulares de la arrocera Teko. El resultado, según los números de 2015, dio un total de 3.000 kg/ha de carne de pacú y 7.000 kg/ha de arroz, volúmenes nada despreciables.
Los emprendedores, además de producir la materia prima, lograron mayor valor agregado porque construyeron una planta frigorífica que hoy produce más de 10 tipos de productos derivados de la carne de pacú. Éste fue uno de los casos de sustentabilidad presentado en el Segundo Simposio Valor Ganadero, organizado por la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), de reciente realización en Rosario, Santa Fe.
En el Establecimiento San Carlos produce arroz por métodos tradicionales de labranza mínima y se destinaron más de 800 hectáreas a la producción combinada y rotativa de pacú y arroz, con el fin de obtener proteína de excelencia y arroz casi orgánico, de forma sustentable y ecológica por la disminución de aplicaciones de agroquímicos durante su ciclo.
"El disparador para llevar adelante esta inquietud surgió en 2010 porque teníamos muchos cuestionamientos a nuestra producción arrocera desde la parte ambiental. Se sembraron dudas respecto de nuestra forma de trabajar, porque teníamos la explotación cerca del pueblo. Comenzamos a buscar una solución a ese conflicto y, pese a los estudios de impacto ambiental, no lográbamos revertir esa imagen. Junto con mi hijo, Martín, descubrimos que era posible hacer piscicultura, combinada con la producción de arroz. Nos contactamos con Néstor Gromenida, que sabe mucho de piscicultura, y comenzamos a trabajar juntos", recordó Eduardo Meichtry, en diálogo con el suplemento Ámbito del Campo.
Piscicultura
Para poner en práctica la tecnología del sistema de cultivo arroz-peces, se destinaron parcelas de arroz provenientes de cultivos en sistema tradicional que, una vez cosechadas, se les redujo la cantidad de rastrojo a niveles aceptables que no comprometieran la calidad del agua para el cultivo de peces. Las parcelas se inundaron a una altura que osciló entre 1 m a 1,3 m de agua con la misma corriente que ingresó a la arrocera convencional.
Luego de efectuar una evaluación del ambiente y comprobarse que las condiciones son aptas, se poblaron las parcelas con no más de 2.000 ejemplares por hectárea de juveniles de pacú, con una media de 150 g para su ciclo de engorde hasta 1,4 kg finales.
El sistema de producción de peces a baja densidad usado en este proceso permitió el aprovechamiento de la fauna existente y del alimento natural que se desarrolla por la presencia del rastrojo anterior, además de semillas de arroz y malezas presentes en los estanques.
"Con la intención de demostrar que el ambiente en el que se producía arroz era saludable y de nuestras charlas con Néstor acerca de las bondades del pacú, descubrimos que si combinábamos las dos actividades, podíamos lograr una sinergia en la que los peces se alimentan de los restos de la cosecha de arroz, de las malezas, para dejar un suelo limpio, en particular de los caracoles y fertilizado", añadió Martín Meichtry,
Para el cultivo de arroz, el caracol es considerado una verdadera plaga porque alcanza a los plantines cuando su desarrollo se ubica entre los 22 y los 25 días y puede generar serias pérdidas en los arrozales, si son atacados por estos moluscos.
La biomasa de peces producida requiere aporte de alimento balanceado extrusado, de alta flotación, con un contenido proteico de aproximadamente 25% de Proteína Bruta, formulado a base de cereales y oleaginosas, del orden de 6.000 kg por hectárea de estanque para todo el ciclo, con forma de pellets. La técnica de suministro del alimento es a través de proyecciones neumáticas desde un alimentador ubicado en el perímetro del estanque hasta una tasa máxima del 3% del peso vivo.
Los peces, a los cuatro meses, alcanzan un peso de 150 gramos y son trasladados a otros piletones naturales, donde se inicia el proceso de engorde hasta alcanzar 1,5 a 1,6 kg, que es el peso esperado para cosecha y la faena
En estas condiciones y en un período de 13 meses, los peces alcanzan su peso de faena y están listos para ser cosechados, produciendo aproximadamente 3.000 kg /hectárea de peces vivos.
"Ya tenía una pequeña empresa dedicada a la producción de pacú y no me daba la escala que yo soñaba para alcanzar mercados más lejanos. Me contacté con Eduardo y Martín, les conté el proyecto y comenzamos con una pequeña parcela para demostrar que no había problemas de contaminación, los peces son muy sensibles. Nos pusimos a trabajar juntos y ensayamos también la técnica de pregerminado de arroz, que fue posible realizarlo porque ya no había caracoles que se comieran las plántulas", explicó Néstor Gromenida, piscicultor y directivo de la alianza PLP Group.
Cultivo de arroz
Una vez cosechado el producto y vaciado el estanque, queda un suelo totalmente libre de vegetales y caracoles con el aspecto de "barro" saturado.
Ese barro se seca y permanece entre 15 y 20 días sin germinación por la falta de oxígeno. Transcurrido ese tiempo y, a veces después de una lluvia, comienza a aparecer vegetación en gran cantidad y variedad de especies, desarrollándose con extremada rapidez y abundante producción de biomasa, debido principalmente al aporte importante de nutrientes provenientes de la alimentación / excreción de los peces que se transforman en abonos orgánicos y por una importante cantidad de organismos y microorganismos que viven en toda la columna de agua durante el ciclo de cultivo de peces.
Para aprovechar el período de ausencia de germinación, se usa la técnica de implantación de un arroz "pregerminado", para lo cual el suelo debe estar saturado con agua y con aspecto de barro blando para que la semilla tenga la oportunidad de anclarse parcialmente en ese barro y logre su enraizamiento, para que en unos 3 días, las parcelas se puedan inundar nuevamente con la planta de arroz en proceso de crecimiento.
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