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Arsat 1: prometen recuperar inversión ($ 270 M) en 4 años
Se trata de un dispositivo geoestacionario, lo que le permite permanecer inmóvil a 36.000 kilómetros de la Tierra valiéndose del movimiento de rotación de nuestro planeta sobre su propio eje, fruto del emprendimiento conjunto de las empresas estatales Arsat e Invap. Marcelo Goldschmidt, gerente de desarrollo técnico de la primera de ellas, adelantó que "nuestra intención es que tenga la mejor cobertura en nuestro país, Chile, Uruguay y Paraguay. Utilizará toda la banda atribuida a la posición orbital 72, que nos corresponde para televisión, video, internet y todo servicio satelital". Se espera que los próximos modelos amplíen esa posibilidad a todo el continente. Goldschmidt informó que el Arsat 2, cuyo lanzamiento está programado para el año que viene, "se encuentra completamente integrado y por entrar en la etapa de ensayos", instancia clave donde debe probar sus fortalezas y debilidades, y que se realizan en las instalaciones del Centro de Ensayos de Alta Tecnología (CEATSA).
El gerente general de esa empresa, Mariano Fama, describió que "las pruebas recrean el escenario que tendrá durante su vida útil. Para simular el lanzamiento, se reproducen las vibraciones y se verifica que todas las funciones y mecánicas y electrónicas del satélite sobrevivan. En realidad despega dos veces: una acá y otra en el cohete". En el centro, añadió, "contamos con un equipo de 50 toneladas, que es grande como una locomotora: se monta el satélite arriba, se lo prueba con cientos de acelerómetros y se censa cada una de las partes". Sólo las vibraciones acústicas, para tomar un ejemplo, equivalen a estar detrás de la turbina de un avión.
Los paneles solares y las antenas son los elementos más vulnerables a romperse o dañarse. Otro ensayo vital es el de termovacío, en el que una máquina imita las condiciones de ausencia de aire y temperatura en el espacio. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, describió la salida del Arsat 1 desde Bariloche como "un día histórico" y vaticinó que provocará "un salto cualitativo extraordinario en las comunicaciones". "Un kilo de un auto vale entre 10 y 15 dólares, un kilo de satélite vale 100 mil. El valor agregado está en los científicos y técnicos, en las horas que trabajaron en el proyecto", graficó. "Con un mejor acceso y más barato, se sustituirá del uso de tecnología extranjera y disminuirá la transferencia de regalías y alquileres de equipos, que implica transferencia de divisas, pero no significa sólo un ahorro sino que el Invap factura u$s 200 millones por año", explicó el funcionario. La recuperación de la inversión "será de 3 a 4 años, a partir de allí el mecanismo permitirá no sólo el mantenimiento operativo sino también el proceso de reinversión para construir nuevos satélites". Luego de la primera serie de tres dispositivos similares al Arsat 1, se planea continuar con otros dos con aplicaciones más complejas, motores a chorro de plasma y más eficientes en su relación potencia - peso.
Barañao concluyó que "lo más importante es a futuro, las nuevas generaciones, los estudios muestran que en 20 años casi la mitad de nuestras tareas estarán robotizadas". En ese punto, la relación entre el desarrollo de tecnología y la calidad de vida de los países es un tema ineludible en los ámbitos internacionales. Naciones Unidas encargó un informe mundial a investigadores, representantes de la sociedad civil, Banco Mundial, FMI y sector privado. El punto central: diagnosticar cómo las sociedades podían solucionar necesidades que se preveían satisfechas para el fin del milenio anterior. Arribaron a la conclusión de que "es probable que los países en desarrollo queden estancados a menos que puedan hacer lo mismo que los desarrollados: incorporar la ciencia, la tecnología y la innovación en sus estrategias económicas"
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