14 de noviembre 2016 - 00:24

Avanzan sobre los últimos resabios del kirchnerismo en BCRA

• RENUNCIÓ FLAVIA MARRODÁN, QUE RESISTÍA EN SU CARGO DESDE FEBRERO
Sturzenegger acordó la salida de una funcionaria fiel a Alejandro Vanoli. Y el director Pedro Biscay está cada vez más comprometido por la Justicia.

Mayoría. Sturzenegger tiene hoy cinco sillas propias en el directorio.
Mayoría. Sturzenegger tiene hoy cinco sillas propias en el directorio.
En el Banco Central se cuidan en estos días de caminar sobre un delicado equilibrio, entre señales de "amplitud ideológica" y de "firmeza" institucional. En el organismo quieren dar lugar a nuevas voces opositoras dentro del directorio, que participen en el debate de cada una de las medidas que deben tomar; pero consideran, también, que deberán resolver las discusiones y obstáculos sin sentido que permanecen dentro de la institución por el trabajo de algunos funcionarios fuertemente ideologizados que quedaron en la planta del banco.

Este último viernes, Federico Sturzenegger logró dar un paso en esa línea y deshacerse de Flavia Marrodán, una empleada fiel a Alejandro Vanoli que desde febrero se resistía a dejar su lugar. La abogada, que trabajó nueve años en el Poder Judicial y dos en la Comisión Nacional de Valores (CNV), había logrado su permanencia en el Central al renunciar al directorio pero quedarse en la gerencia principal de la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias. Su salida se dio ahora en buenos términos -con negociaciones que se desconocen- y será informada en las próximas horas con una resolución interna.

El presidente de la entidad, Federico Sturzenegger, tiene el objetivo de reordenar internamente la institución, pero sobre la delgada línea del "equilibrio". Lo hace, por caso, al permitir que se sumen nuevos directores que representan a la oposición (puntualmente, al peronismo y al massismo) y, al mismo tiempo, al decidir desprenderse de todo aquello que genere algún tipo de obstáculo o resistencia poco constructiva sobre la gestión.

El siguiente

El segundo kirchnerista que hoy pende de un hilo es el director Pedro Biscay. En las reuniones que mantiene los jueves con sus pares, el fiscal suele mostrarse activo, con objeciones a las medidas que se discuten y llegan con la bendición de Sturzenegger, y con reproches al uso de la mayoría del directorio para aprobar las normativas. Biscay es conocido en buena parte del mercado, principalmente, por haber convocado hace unos años a escrachar al exministro de Economía, Domingo Cavallo, durante una conferencia en la Universidad Católica Argentina (UCA). También, claro, por haberse desempeñado en la Procelac como coordinador del área "fraude económico y bancario", y haber implementado desde ese lugar una estricta vigilancia sobre algunos banqueros.

Sturzenegger cree, además, que el Banco Central debería mejorar la forma de comunicar sus medidas frente al público. Para eso, en las últimas semanas se creó una nueva área de "comunicación estratégica del comité de política monetaria", que funcionará dentro de investigaciones económicas (de Andrés Neumeyer), y fuera de la órbita de la gerencia principal de comunicación institucional. El nuevo sector estará enfocado en transmitir las decisiones más importantes y sensibles que debe abordar el Central. Y que influyen, muchas veces, en el comportamiento que toma el mercado tanto en cuestiones monetarias como cambiarias.

Nuevos directores

La estrategia oficial se completará con la incorporación de los nuevos directores, que ocuparán las vacantes que quedaron tras las salidas de dos kirchneristas (Juan Miguel Cuatrommo y Germán Feldman). Tal como anticipó este diario el último viernes, el candidato más firme a asumir en una de esas sillas es el contador Ángel Mario Elettore, el exministro de Finanzas de los últimos tres gobiernos de la provincia de Córdoba. El hombre de confianza de José Manuel de la Sota representará en el directorio la voz de UNA, el partido que el exgobernador cordobés busca sostener con el líder del Frente Renovador, Sergio Massa. El plan del Gobierno es usar las sillas del directorio del Central como una carta de negociación con la oposición en el momento de resolver los diferentes problemas que se le presentan en el Congreso o con los jefes provinciales.

La segunda silla será ocupada por un director que será propuesto por los gobernadores peronistas. Los pliegos podrían ingresar al Senado el próximo mes. Pero dentro del Gobierno hay quienes se entusiasman con hablar de "tres nuevos directores", en lugar de dos. La duda gira en torno a qué sucederá con Biscay, que tiene mandato hasta el año 2019 pero que, como director de la gestión anterior, hoy está seriamente comprometido en la causa de dólar futuro que sigue el juez Claudio Bonadio. La investigación quedó a un paso del juicio oral.

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