El Paso - El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, viajó ayer a la frontera sur limítrofe con México en su primera visita desde que asumió el cargo en enero de 2021, para inspeccionar un punto de entrada de El Paso, Texas, en medio de debates sobre la inmigración ilegal y el contrabando.
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Biden a México: inmigración domina la agenda
Visitó el punto de ingreso de El Paso, en Texas. Mañana será parte de una cumbre con sus pares de México y Canadá.
Estaba programado que se reuniera con funcionarios de aduanas e inmigración en el cruce del Puente de las Américas, antes de volar a Ciudad de México para una cumbre regional con los líderes de México y Canadá.
El mandatario demócrata quiere discutir con su homólogo, Andrés Manuel López Obrador, una propuesta para paliar la crisis migratoria y reducir los estragos del narcotráfico, especialmente los causados por el fentanilo procedente del país vecino.
Unas 2,3 millones de detenciones y expulsiones de migrantes indocumentados en el año fiscal 2022; 108.000 muertes por sobredosis de drogas en 2021: migración y narcotráfico estarán en el centro de la reunión presidencial de este lunes en Ciudad de México.
Mañana se les unirá el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, para celebrar una Cumbre de América del Norte.
En un país donde la migración suele ser un botín electoral, la cuestión puede convertirse en una piedra en el zapato para Biden si decide buscar la reelección en 2024.
Antes de viajar a El Paso, el presidente anunció un programa de migración limitada a cuatro países: Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, sumidos en profundas crisis, aunque el flujo incesante abarca varias otras naciones.
Se permitirá el ingreso mensual de hasta 30.000 personas durante dos años, apenas un paliativo, reconoce Biden, que culpa a los republicanos de bloquear un plan más ambicioso. Concertado con México, el programa refuerza por otra parte las expulsiones de quienes ingresen ilegalmente.
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