26 de junio 2014 - 00:00

Carlos Gardel, superhéroe en musical de Luis Borda

Ricky Pashkus: “Esta es casi una megaproducción no habitual en nuestro medio. Un espectáculo infantil con 20 personas y orquesta en vivo”.
Ricky Pashkus: “Esta es casi una megaproducción no habitual en nuestro medio. Un espectáculo infantil con 20 personas y orquesta en vivo”.
El domingo a las 15 se estrenará en el Teatro de la Ribera (Avenida Pedro de Mendoza 1821) "La nota mágica", una comedia musical familiar con orquesta en vivo y elenco encabezado por Felipe Colombo, Florencia Otero, Rodolfo Valss y Germán Tripel. Su autor es el guitarrista y compositor Luis Borda (residente en Alemania desde 1997) y Ricky Pashkus el responsable de la puesta en escena.

Su amplia trayectoria en el género musical, primero como coreógrafo y luego como director, incluye títulos de muy diversa temática, entre ellos: "Hairspray", "Los productores", "La jaula de las locas", "El joven Frankenstein", "Sweeney Todd", "Y un día Nico se fue" y "Al final del arco iris" (estos dos últimos aún en cartel).

No es la primera vez que Pashkus trabaja en un musical para chicos. Años atrás, acompañó a Hugo Midón en diversos proyectos de teatro y televisión como "Vivitos y Coleando" ("Espero poder demostrar que aprendí algo junto a él", dice). También coreografió, en el Teatro Colón, la ópera infantil "Socorro, socorrro, los Globolinks" de Giancarlo Menotti.

Periodista: ¿Cómo surgió este proyecto?

Ricky Pashkus:
Luis Borda escribió esta historia para su hija de 3 años, como un regalo. Cuando me ofreció dirigirla, le dije que en Buenos Aires era imposible realizar una megaproducción como la que él había imaginado. Hacer un infantil de gran formato, con orquesta en vivo y 20 personas en escena no es habitual. Salvo que se trate de una producción de Cris Morena. Felizmente, Luis presentó el proyecto en el Complejo Teatral sin consultarme. Sólo un teatro público puede encarar una producción como ésta.

P.: Borda vive Munich y tiene esposa alemana. Se entiende que quiera contarle a su hija una historia tan porteña y con Carlos Gardel de superhéroe.

R.P.:
Luis es un músico consagrado, en Alemania llena teatros y tiene una intensa actividad artística internacional muy ligada al tango; pero su idea era contarle a su hija una historia que representara al país y acercarle otros ritmos musicales muy nuestros: chamamé, cumbia, baladas románticas... con bellas orquestaciones. Para mí el espectáculo tiene dos niveles de lectura. La primera refiere a un perrito, llamado Petitero, que es muy narcisista. Para los que no lo sepan, "petitero" es alguien muy canchero y un poco soberbio.

P.: Los petiteros eran jóvenes adinerados que frecuentaban el desaparecido "Petit Café del Barrio Norte.

R.P.:
Sí y el equivalente de hoy sería un "cheto", alguien un poco creído y con características bien porteñas. Este perrito es un "langa" y vive una historia de amor con la perrita Rita. Además, es poseedor de la nota mágica (materializada en una clave de sol). Cuando se la roban pierde la voz; pero finalmente todo se soluciona con la ayuda de Gardel. La otra lectura tiene que ver con un grupo de gente de barrio que juega a un enfrentamiento entre buenos y malos. Son amigos que están siempre juntos y todos -salvo Gardel que no es del barrio- van haciendo uso de papeles que son cambiantes. Por eso la bruja mala después se hace amiga de todos.

P.: ¿Y la historia de amor cómo sigue?

R.P.:
Curiosamente, la pareja central no se casa ni llega a concretar un noviazgo y a la vez nunca se desenamora. Están todo el tiempo seduciéndose. En cada nueva escena vuelven a repactar, porque el compromiso amoroso nunca es eterno y se debe renovar en cada período.

P.: ¿Usted está de acuerdo con esa visión del amor?

R.P.:
Para mí es perfecta. Aunque por supuesto no pretendo que todo el mundo comparta esta idea. Una especie de amor eternizado en el cotidiano devenir, pero que no da por supuesto ni por sentado que todo seguirá igual. Por eso es importante no dejar de seducirse. La obra también reivindica la posibilidad de soñar a través del juego -y más allá de la recuperación de la nota mágica- hace foco en la amistad, la eterna seducción y en vivir la vida celebrándola.

P.: ¿Por qué aparece Gardel en una obra protagonizada por animales?

R.P.:
Borda quiso que la solución del conflicto estuviera en manos bien argentinas y que el material refleje y represente a la patria. Los personajes están humanizados y tienen un ritmo musical que es pertinente a la naturaleza del animal que cada uno representa. Por ejemplo, el loro Magaldi canta chamamé. Gardel es el que facilita y ayuda, pero los que conquistan la nota mágica son los amigos del barrio. Es muy importante que una comunidad se diga a sí misma: "Yo me lo gané, no fue Gardel quien me lo regaló. Premisas como éstas nos hacen crecer como individuos y también como país.



Entrevista de Patricia Espinosa

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